Image::MR JAN WELTERS PHOTOGRAPHER © PARIS::
Hoy por la mañana, en las
oficinas de redacción de todas las revistas de moda de primer nivel y
periódicos en los cincos puntos de la tierra, tras prender ordenadores, abrir
mails y revisar fax, empezaban a descolgar teléfonos y tratar, sin muchos
resultados, de conseguir la exclusiva con el principal protagonista del día.
Los teléfonos de la encargada de prensa de la icónica Maison Martin Margiela no
dejaban de rugir. Renzo (Rosso) en un escueto comunicado, daba la bienvenida a
MMM y OTB al diseñador gibraltareño John Galliano. El propietario del grupo
inversor de la casa Margiela, además de Diesel, Marni, Viktor&Rolf, Staff
International y Brave Kids, comunicaba la designación de Galliano como nuevo
Director Creativo de la firma creada por el mayor antihéroe de la moda en los
ochenta, el belga Martin Margiela.
Insólita designación… Rarísima
designación. En primer lugar, porque debemos entender lo que significa la
Maison Martin Margiela en el mundo y la historia de la moda. Tras haber
trabajado para Jean Paul Gaultier, Martin crea junto a Jenie Meirens el año
1988 su propia marca, más conocida por nuestros días como MMM, con cuya primera
colección ese mismo año, se vincularía al grupo de los “Seis de Amberes”,
uniéndose al movimiento del desconstructivismo de la moda, excéntrico, revolucionario,
a años luz del lujo convencional. Martin a lo largo de su carrera, reivindicó
la moda, o su moda, como una forma de arte más allá que fuente comercial. Por
esa misma razón jamás se vio una sola foto suya en ninguna parte, ni nunca
salió a saludar al final de un desfile. Su vida pública transcurrió en el más
absoluto anonimato. Todo en Martin y lo que salía de sus manos, era sobrio, concreto,
elegante y discreto, siendo al mismo tiempo enorme y grandilocuente, una bomba.
En mis tiempos en París, no existía persona del ámbito intelectual, el arte y
la moda de primer nivel que no tuviese alguna prenda o accesorio de manufactura
de Martin. Nunca apareció nadie como Margiela. Nadie. Cuando Martín se retiró
de su propia firma, hace cinco años atrás, las colecciones de la casa no
volvieron a ser lo mismo, y Martin, literalmente, desapareció sin dejar rastro,
como todo un campeón.
Supongo que Renzo (Rosso), en su
rol de hombre de negocios, en su olfato de sabueso para oler dinero y en su
particular estilo italiano, considera a Galliano la mejor carta para sustituir
a Martin, curiosamente, con su extremo más opuesto. No dejo de preguntarme qué
hará John para llegar a superar o tan solo llegarle a los talones a Martin. Lo
tiene, francamente, muy difícil. Tampoco es raro pensar que una personalidad y
creatividad tan llena de excesos y opulencia como Galliano, puede llegar a
depurarlo tanto todo hasta llegar a la esencia de lo básico, aquello que
Margiela hacía de forma natural. En los extremos, suele pasar, tampoco existe
tanta distancia. Será, en realidad, todo un descubrimiento.
De los escándalos de John no vale
la pena hablar. La prensa con esta noticia ya se ha ensañado hoy, que no
malamente, le reportará importantes beneficios y réditos económicos y
publicitarios tanto a John como a Renzo desde ahora hasta su debut en enero
próximo, para los desfiles de altas costura donde Galliano tendrá la
posibilidad, tras las tres emes, de demostrar ser, como dicen muchos, el
diseñador más importante e influyente de su generación, y seguirle la pista a
Martin, que de seguro, en este mismo instante, debe estar petrificado. Son las
tres emes de Galliano. Suerte. La necesitará, esta vez si.
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