CUESTIÓN DE SOL

Imágen::TERRY RICHARDSON STUDIO NYC::

Cuando de temas intrascendentales se trata, yo me quedo (dado el clima) con un discurso histerisquista sobre gafas de sol. ¿Por qué razón? sencillamente porque detrás de unas gafas de sol, se esconde uno de los movimientos sociales más importante de nuestra historia contemporánea, me refiero a la lucha de clases y su demostrabilidad.

En los últimos treinta años, ha surgido una indescriptiblemente colosal plataforma de nuevosricos, provenientes de la globalización desigualitaria y feudal con un fuertísimo poder adquisitivo, sobre todo en América, Asia, Rusia y los países del golfo pérsico. Las firmas de lujo han tenido que adaptarse a este nuevo potencial sector social, modificar sus productos para hacerlos más accesibles y demostrables. En la actualidad, son los nuevos ricos los más fieles consumidores de estos bienes y los principales promotores de inversión que han permitido la ampliación internacional de sus marcas, entre otros factores.

Las gafas de sol, son uno de los objetos que más beneficios monetarios reporta al lujo, primero porque es uno de los productos de más bajo coste productivo, de tiraje industrial para abastecer cientos de miles de consumidores, éste, con sólo pocos moldes para el plástico. En la pirámide de la moda, las gafas de sol (un accesorio) se encuentran en la planta más baja junto con la cosmética, la perfumería y el retail (dejando en claro que me refiero a Europa. En América funciona como una bolsa en donde incluyen absolutamente todos los productos, con una vergonzosa carencia de cualquier jerarquización).

Y en segundo lugar, porque no hay que forzar mucho las neuronas en los departamentos de diseño de accesorios. Si la marca sobresale grande y ostentosa, ya está. La gran clase media profesional correrá a las tiendas para consumir el producto, y las clases medias trabajadoras esperarán con mayor desesperación la copia de la copia, producidas y comercializadas por los grandes almacenes. Y en caso extremo, si tampoco nos lo podíamos permitir, siempre está la "copia de la copia de la copia" en las aceras de cualquier ciudad.

Caminar hoy por la calle resulta un patetismo importante. Pareciese que las personas se sienten más seguras e importantes cuando saben que llevan puesto un producto de una gran firma, o diseñador. Cubren sus ojos (el elemento, a mi juicio, más importante para la comunicación entre seres humanos, el primer contacto sensorial) con una falsa "ostentación". Los respalda la publicidad y los medios masivos de comunicación. Su intento de asimilación social a un supuesto círculo ideal al que no pertenecen (porque no existe), los hace sentirse superiores. He aquí la pregunta, ¿al remitirme al ser, a lo humano, tan desolados y poco seguro de nosotros mismos estamos al pretender luchar por la demostrabilidad? la verdad es que la sola pregunta reafirma mi poco interés por las gafas de sol. Pienso que la mayoría de la gente que trabaja en esta industria deben tener la misma opinión. Estará quizás con unos tres años luz de atraso de la megalomanía.

Viéndolo además desde una crítica de juicio estético, creo que todos deberíamos saber que si, que unas enormes gafas de sol pueden estilizar nuestro rostro, pero también... el rostro tiene ya que ser estilizado... Como no sea así y no podamos tapar nuestro cuello con la propia mano, creo que la imagen se asimilaría más a un panal de abejas. No deberíamos consumir gafas de sol porque es la última mercancía que nos promocionan los medios (sobre todo escritos), sino más bien, creo que las gafas que mejor funcionasen, son aquellas que representan nuestra propia filosofía, nuestra real forma de ser, nuestra propia personalidad. Gafas, sean de la acera o de Yves Saint Laurent, hay que saber llevarlas. Y recuerden, su función, como objeto, es la de proteger nuestros ojos del sol. Nada más.