Imágen: LONDON FASHION COLLEGE::
Normalmente, dentro de la industria de la moda existen un sinnúmero de profesionales que dedican su vida a lo que muchos catalogan como el área más superficial de todas cuantas caben en el gran abanico del tejido social. Pasando por alto esta injustificada etiqueta, encontramos dentro del mundo de la moda a diseñadores, ilustradores, patronistas, publicistas, escritores, periodistas, técnicos, ingenieros, artistas y la lista suma y sigue. Si además incluímos a la cosmética, el listado crece a un asombroso nivel que no podríamos alcanzar a incluir en estas cortas líneas.
Sin embargo, en el corto tiempo ha surgido de su siempre discreta posición el nombre de los "coolhunters" cuya fama y notoriedad ha sobrepasado sus propias expectativas (siendo que existen desde hace décadas). Y con justa razón. En su traducción al español, son los "buscadores de nuevas tendencias" los que tienen la responsabilidad de entregar de primera mano la información vital de lo que deberá diseñarse y producirse para renovar el mercado de la moda constantemente y agilizar la creación y el trabajo de todos los profesionales del área. Menuda responsabilidad.
El coolhunter busca su materia prima usualmente en los circuitos underground de las grandes capitales, casi siempre en los márgenes sociales más desfavorecidos y estigmatizados. De ahí recoge ideas y las presente como capitales simbólicos sociales, que luego diseñadores y prensa especializada transforman y capitalizan económicamente hasta su masificación. Si graficamos esquemáticamente el recorrido de la información proporcionada por estos profesionales, podríamos especificar el camino "coolhunter-diseñador exclusivo-prensa/grandes tiendas-todo tipo de tiendas". Y resulta cómico saber que cuando supuestamente llegan a las grandes masas las "últimas tendencias" de mano de revistas de moda y los grandes almacenes, los coolhunter están entregando una nueva información a los diseñadores, absoluta y completamente diferente a lo que la enorme clase media se pelea por comprar y vestir en ese mismo instante.
Pero buscar tendencia no es una tarea fácil. Y encontrar un buscador de tendencias es tarea aún más compleja. El perfil del coolhunter es extremadamente particular. Estos profesionales son personas con un amplísimo target cultural. Casi siempre son sujetos con una educación de lujo que se mueven y conocen al dedillo temas relacionados con arte, moda, política, historia, religión, economía y sociología, que se mueven entre los círculos más cerrados de la alta cultura pero a su vez, son capaces de inmiscuirse y ser aceptados en los grupos sociales más pobres con una agilidad y docilidad impresionante. Casi siempre dominan idiomas (tanto el formal como el "slang") y son una especie de "camaleones sociales" capaces de adaptarse a cualquier situación o realidad, sea alta o baja. Es este don lo que les permite adueñarse de la información necesaria y procesarla con esquemas basados en la realidad socio-histórica de turno de forma imparcial y es esa información la materia prima que todo gran nombre del mundo de la moda desea obtener y que paga enormes sumas de dinero por ella.
El coolhunter se mueve geográfica y territorialmente de una forma parecida a un jefe de estado (nunca los encontraremos en un mismo sitio) y si alguno de los lectores tiene como propósito toparse con alguno, le recomiendo que se de un paseo por las calles más "freak" de Londres, París, Amsterdam, Barcelona, Buenos Aires, Nueva York o Sao Paulo. Eso sí, lo más probable es que no logren identificarlos, porque seguramente será uno más del montón que los horrorizará...
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