Image::RICHARD AVEDON FOUNDATION::
Arles, una pequeña ciudad entre Montpellier y Avignon está estos días convertida en un sitio más importante que París, y con justa razón. El pueblo del que saliese Christian Lacroix rumbo a la capital gala para formar un imperio internacional, es la que acoge la trigésimonovena edición de los famosos "Rencontres de Photographie de Arles", que en esta ocasión presenta más de 60 exposiciones en decenas de espacios repartidos por toda la urbe.
El mismo Lacroix ha sido el curador de esta edición, en cuyas murallas cuelgan obras fotográficas de autores dignos, a mi juicio, de estudio universitario debido a su valor, al captar imágenes en sus facetas más alejadas del círculo obvio y comercial de la fotografía,en discursos tan sociales como críticamente denunciantes. Peter Lindberg, Tim Walker, Vanesa Winship, Jêrome Puch, Alain-Charles Beau, John Demos, Paolo Pellegrin, Alfons Alt i Barbaras, Daniel Riera, David Urbano, Pieter Hugo y Joseph Koudelka son parte de la lista, encabezada por el recién fallecido Richard Avedon, a quien se le dedica una enorme retrospectiva en el claustro del ex palacio del arzobispado, réplica de la horizontalmente presentada en el Jeu de Pomme de París.
He de detenerme aquí, al reflexionar sobre la verdadera y valiosísima importancia que tuvo este fotógrafo en particular, nacido en el seno de una familia textil neoyorkina por la década de los 20´, quien el 6 de noviembre de 1995 daría por terminada una relación amorosa de treinta años con la industria de la moda, en una producción fotográfica que provocaría un shock en la absoluta totalidad de estudios y despachos, cambiando los roles de nuestrosoficios a proporciones de carácter casi apocalíptico.
Richard Avedon fue una estrella de la fotografía de moda, que terminó defraudado del mundo que le había concedido el estilo de vida que cualquier ser humano normal añoraría en sus más fantásticos sueños. Lo suyo fue descubrir con amargura la inseguridad y la ansiedad bulímica del fastuoso mundo que lo rodeaba. Pero saltando por sobre la autocomplacencia de decir adiós, decidió con temple denunciar a la misma sociedad de consumo que lo había alimentado por décadas, y retrató artistas, escritores, políticos, modelos, obreros y marginados.
Avedon fue, y es considerado como una mirada fundamental para ser testigos pasivos de todo un tiempo y la historia de un país, y su importancia radica en que contribuyó de maneradecisiva del nuevo look de la postguerra. Con la serie "On Democracy", publicada por The New Yorker bajo el título "In memory of the late Mr. and Mrs. Confort", el fotógrafo se despidió de la industria con un plató decorado con escombros, salía por la puerta pequeña de un infierno con la ironía transgresora, saturada y mordaz de un anarquista.
En una contemporaneidad tan violentamente agresiva respecto a la imágen y los códigosfundamentales (y fundamentalistas) que desprenden, es Richard Avedon una suerte de catarsis reconfortante y motivante, la historia de vida y el proceso creativo de quien se escapara de las márgenes para denunciar a través de flashes. Flashes que deberían encandilar a las nuevas generaciones de fotógrafos, que hoy por hoy pareciesen más preocupados de estar más frente de ellos que detrás. Resulta paradójicamente gracioso al compararlos con lo que el mismo Avedon decía: "Nos ocultamos de nosotros mismos, perotodos buscamos lo mismo: ser aceptados, ser consolados". Que en paz descanses.
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