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9.8.07

EL SELLO BARCELONA


Imágen: CUSTO BARCELONA::

Posterior a los juegos olímpicos de 1992, Barcelona apareció en el panorama internacional como una de las ciudades más avanzadas del mundo en lo concerniente a moda, arte, arquitectura y todas las ramificaciones del diseño. Contando entre sus filas con las magníficas obras de Picasso, Gaudí, Dalí, Miró y otros contemporáneos como Mariscal, Custo, Hayón y Labanda, en la actualidad la capital catalana es un referente indiscutible a la hora de hablar sobre vanguardia y últimas tendencias. Eso nadie lo discute.

Si nos referimos en un plano global, si bien es cierto que los mejores sitios para encontrar tendencias y catalogaciones estéticas de lo que se pondrá de moda, son las grandes metrópolis (lógicamente por la existencia de una pluriculturalidad y diversidad étnica que crean istmos y pastiches creativos de enorme valor simbólico), Barcelona se eleva por sobre otras capitales europeas y americanas por una sencilla razón: el diseño no es sólo para determinados grupos socioeconómicos con un alto poder adquisitivo, sino que por el contrario, es quizás el único lugar del mundo en donde todo su grupo urbano puede acceder al diseño, lo que en Barcelona se conoce con la frase "diseño para todos".

Y esta valoración no es menor. En los últimos años Barcelona se ha transformado en centro de operaciones de innumerables diseñadores, fotógrafos, ilustradores y artistas -muchos de ellos la han convertido también en lugar de residencia- y a diferencia de Londres, Milán, París y Nueva York, la sociabilidad y mezcla de este heterogéneo grupo creador no se ha limitado sólo hacia potenciales clientes. Han extendido sus creaciones hacia personas de todos los sectores sociales formulando en la ciudad una suerte de "clima estético" con un capital simbólico basado precisamente en eso, en la calle, en lo social.
La convergencia de artistas y diseñadores de Europa, Asia, América Latina, Estados Unidos y Oceanía han dotado a Barcelona de un talante creativo como pocas urbes pueden ofrecer, y la desprejuiciada postura hacia diferencias de etnias, creencias y de opciones religiosas, políticas y sexuales convierten a la ciudad en un innigualable showroom para la exposición de creatividad en todas sus vertientes de forma enormemente atractiva.

En Barcelona las últimas tendencias no son vistas -mucho menos recogidas- ni en la publicidad ni en los medios de comunicación masivos (como en casi todo el resto del globo). Muy por el contrario, las vanguardias son de acceso público en formato "per se" ahí, en la calle y en el día a día. Es esta variedad única y su notoria accesibilidad lo que atrae a diferentes coolhunters y editores de todo el planeta y por supuesto, lo que sigue y seguirá atrayendo a creadores y creativos de exclusivo valor.

Si recogemos la exquisita desprejuicialidad existente en este lugar, es fácil concluir que la clase, el glamour y lo "fashion" no viene dado ni por las marcas ni firmas de moda y alta costura. Por inversión, los mismos factores vienen más bien dados por la diferenciación y personalización que cada uno de sus habitantes dan a sus propios estilos y personales formas de vestir. Será quizás una postura anticapitalista? quizás! lo cierto es que la vanguardia de sus residentes, Barcelona, como ninguna...

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