Imágen::BREAD & BUTTER KING SIZE::
No señores, no me refiero al "bueno-bonito-barato", sino al Bread & Butter Barcelona (nada más distante), que acaba de concluir su última versión en la ciudad condal con una escandalosa asistencia de 99,500 visitas -un 20% más alto que la anterior edición según sus organizadores- y un total de 945 expositores, que convirtió por tres días a Montjuïc en un pseudo Montmartre plagado de "fashion victims" deseosos de acercarse por un momento a la burbuja de la moda.
De lo poco que hubo para ver (en comparación con el desproporcionado material impreso -biblia incluida- y de merchandising que se repartió a los concurrentes), destacó la presencia de la siempre vanguardista María María y la "empresa" Jordi Labanda. Referente a shows, la feria fue animada con desfiles de G-Star, Philipp Plein, Ed Hardy, Christian Audiger, Smet y como guinda de la torta otra repetición de la última colección de Custo Barcelona. Casi en su totalidad, empresas de gran tiraje a nivel productivo que abastecieron de "glamour" a una gran clase media dispuestos a romper ya la alcancía para apaciguar sus mal formadas obsesiones del buen gusto.
De lo "nuevo", una dudosa "Andy Warhol Collection" de Pepe Jeans que como gran novedad se basó completamente en la obra del artista pop y avalada por la firma del director de "The Andy Warhol Foundation". Quizás haya cedido a prestar en nombre del genio americano, un apoyo para promocionar lo que el mismo artista toda su vida se empeñó por criticar y destruir a través de la autoreproducción infinita de sus imágenes y de grandes íconos de la cultura popular norteamericana.
Por su parte, el soberbio pabellón Mies Van der Rohe acogió el proyecto "The AR", una suerte de exhibición emérita sin una línea curatorial lo suficientemente sólida (desde un perfil de investigación y documentación serio) que puso ante los ojos de los visitantes un pastiche de elementos incongruentes entre sí que nadie logró entender en sus funciones exhibitivas, más allá del mero hecho de integrar el inmueble del arquitecto y diseñador industrial a la feria.
Lo que sí acaparó la atención de ojos especializados, fue la serie de retratos de la muestra "Wad Promenade" bajo una modesta y ofensiva carpa de lino. A pesar de la falta de respeto del espacio que acogió el proyecto de la estupenda revista WAD, fueron los retratos del fotógrafo Baudouin lo que movió el suelo del evento, donde se exhibían las caras inmortalizadas de diferentes figuras del diseño, la moda, las artes, la música y el cine, como Pedro Winter, Audrey Marnay, Julie Gayet, Mehdi y Phillipe Starck, entre otros. Fue el estreno en sociedad de esta exposición que itinerará por París y Nueva York que valdrá la pena visitar.
Como feria satélite de comercialización textil Bread & Butter cumplió, asimismo el gobierno local se dió por satisfecho, primero por la enorme entrada de divisas en turismo y hotelería, y segundo porque bien o mal, el evento en sí regula la política de branding del ayuntamiento por dotar a Barcelona de la imágen de capital europea del diseño. A pesar de esto, es fundamental no confundir a Bread & Butter como una semana de la moda porque no lo es ni lo será. La capital catalana no tiene hoy en día un "Fashion Week" oficial, sólo pequeñas iniciativas como ProNovias y Pasarela 0808, asi que estaría completamente fuera de lugar relacionar el BBB con pasarelas oficiales parisinas, milanesas y londinenses como se han empeñado en catalogar diversos medios escritos y audiovisuales del ámbito español. Se manejan en márgenes diametralmente opuestos y su catalogación es, como dije antes, sólo una feria más. Perdonen que no me levante.
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