Imágen::YOUNG KYU YOO PHOTOGRAPHER NYC::
El universo de la recién terminada pasarela independiente barcelonesa fue especial, un grito de guerra de lo más selecto de la intelectualidad creativa local apoyada con creces por la internacional contra la excesiva intervención política que pretendía usar la pasarela en beneficio de sus medallas. Fueron los propios diseñadores junto a la prensa independiente quienes no lo permitieron, contrariamente a la oficial quienes una vez más hicieron vistas gordas y oídos sordos. Era necesario. Dos días después de concluido el evento, Paul Krugman, profesor de la Universidad de Princeton y Premio Nobel de Economía, publicaba en The New York Times que la realidad de nuestra crisis es más complicada y menos aterradora de lo que pensamos. Los déficit de las potencias más grandes van salvando al mundo de una recesión mucho más profunda, con una perspectiva a largo plazo preocupante, pero no catastrófica. La pasarela fue ejemplo de la teoría de Krugman, ya que la única razón para preocuparse de verdad es política, cuyos representantes solucionarían si se decidieran por fin a dar muestras de al menos un poco de madurez. ¿Es necesario decir más? Pues si, si lo es.
El primer shock al entrar en el pabellón 8 de la Fira de Montjuïc, era enterarse que los diseñadores nacionales debían pagar a la organización una suma imprudente para participar, a sabiendas que casi en su totalidad no cuentan ni remotamente con capacidad de producción propia, ni infraestructuras adecuadas ni medios económicos, ahogados en préstamos para sacar sus colecciones adelante y exportarlas. Era una falta de respeto. No podía resultar extraño que en su totalidad los diseñadores mirasen atónitos y con justificado rencor a un responsable público que presentaba con la grandilocuencia e histrionismo de un profeta a los seleccionados, tampoco al presentar la pasarela con emoción hollywoodense como capital mundial de la moda. Para serles sincero, mirábamos al suelo, se nos caía la cara de vergüenza mirar al resto de la prensa internacional y diseñadores invitados con presencia en museos, galerías y pasarelas neoyorkinas, parisinas y londinenses. Como es lógico, aquello fue causante que buenos nombres representativos de lo más prudente creado en la ciudad como Martin Lamothe, Boris Bidjan Saberi, Gemma Degara o Roberto Piqueras estuviesen ausentes. Simplemente no tenían el dinero y si lo tenían, lo usarían para pagar sus credenciales en el Rendez-Vous de París u otra pasarela con más alcance y prestigio. Después espero no volver a escuchar que existe un apoyo real y coherente hacia el sector que más proyección internacional da a la ciudad, porque quién lo diga desde el podio tiene garantizada una buena, dolorosa y elegante bofetada verbal, y en público. Promesa es deuda. Es ya tiempo e importante señores situar las cosas en su justa dimensión, que es bastante más preocupante de lo aparente.
Al oído me susurró algo Bernhard Willhelm, presidente del jurado y leyenda de esta industria, rey indiscutible y atrapado en lo que fue un palacio de corrientes de aire, como una sucursal del infierno donde los jueces prevarican, los psiquiatras torturan, los policías y espías delinquen, los políticos mienten, los empresarios estafan y tanto las instituciones y el establishment en general parecen presa de una pandemia de corrupción de proporciones priístas. Aquél secreto de Bernhard me lo llevaré a la tumba, pero fue el gatillante para decir lo que sucede de una vez por todas y no por mí, sino por esos diseñadores cuya lucha es a diario por mantener vivo el sueño de procesos individuales de creación. Ellos no pueden hablar y a quién les escribe no lo pueden encerrar. Con Bernhard nos sonreímos mutuamente, y bajo su honesta sonrisa comenzaron a caminar las legiones de modelos vestidas por Zazo & Brull, Andrea Ayala, Josep Abril, Mikio Sakabe, Juan Antonio Ávalos, Joan Fábregas, Guillen Doz, Yiorgos Eleftheriades, Montse Liarte y Miriam Ponsa. El jóven Manuel Bolaño robó la pasarela y aplausos en tres furiosas tandas con vestidos crema y bermellón que consagraron definitivamente la educación de su mano. Para lo de Bolaño las modelos simplemente sobraron. No las necesitaba.
Matthew Ames, el americano ex asistente de Miguel Adrover y actualmente radicado en Brooklyn, cerró el primer día con una colección única y subliminal, una cátedra de arquitectura con la que podría mirar directa y profundamente a los ojos al mismo Martin Margiela, y sacarle otra sonrisa. Por el contrario el gran traspié del día y de un jurado, Whillhelm aparte, de cuestionable competencia y presencia internacional, fue la apuesta del diseñador autodidacta Alexis Reyna, cuya colección directamente lo autoeliminó del circuito, al menos de momento. Fue una pedante autorreferencialización de sus propios demonios y eso debe solucionar, y de forma inmediata. Toda la suerte. Finalizada la primera jornada, a la prensa nacional, vulgarmente omitida de los servicios de catering por parte de la organización, se les invitó por convocatoria cerrada a una cena en el restaurante "Santa" desde Equipo Singular y el diseñador Josep Abril, donde no cesaron bandejas de mariscos, apuestas gourmet de Santamaría y champagne a raudales. Elegante detalle del diseñador y la agencia de comunicación para con los periodistas que en el caso de la Fira brilló por su ausencia perpetua.
En la segunda jornada el jóven Juan Antonio Ávalos despertó a los resacados con una limpia y elegante propuesta inspirada en la norteamérica indígena; la dupla formada por Juan Zamora y Alfonso Peña detrás de su firma Jan Iú Mes, dos buenos, graciosos y honestos caballeros, críticos a la vez que respetuosos, se superaron a ellos mismos con la presentación pública de su última colección. Su apuesta última rozó soberbiamente lo brillante, al igual que otra dupla, los cerebros de Cardona Bonache, Víctor Cardona Marqués e Israel Frutos Bonache que después de pasar por Amberes y laboratorios textiles de I+D, se hicieron con el premio de diez mil euros, bien ganados como lección nacional y prueba universal de que la innovación e investigación tecnológica es certeza de éxito. La guinda de la torta se la llevó con nata el francés Romain Kremer con una honírica, cerrada, perfecta y apabullantemente simple colección. Con stages en los atelieres de Christian Dior Monsieur y Gaspard Yurkievich, Kremer cautivó y emocionó como gran provocador. Un acierto. En el extremo opuesto y como inperdonable falta de educación al resto de los diecisiete creadores fue la colección y desfile de Teresa Helbig, un suculento homenaje a la ordinariez, un rotundo y desmedido guiño a los grandes pobres nuevos ricos de toda la vida con el dorado y el leopardo en prendas y zapatos, mostrando más que opulentas rubias como salidas de un spot de cosméticos americanos haciendo un extraño "bling-bling" con las muñecas, eran simples y vulgares rameras de lujo, trozos de carne bien cortada para el deleite de la billetera, mujerzuelas que bajan un centenar de escalones a la lucha infatigable contra la igualdad de género. Inaceptable Helbig. Inaceptable presentar una colección excusándola como "un paseo por el Nueva York del underground y las élites intelectuales". Burdo. Falacia inestimable, ofensiva. Ni underground y ni remotamente cercana a las élites, muchísimo menos a las intelectuales. Proponer en su nueva colección "combatir la desazón de la crisis con bohemia y glamour-chic urbanita". Barbarie. Esto es el 080, no Cibeles. Y esto es Barcelona, no Dubai. Fichaje imperdonable para dotar al evento en sí de un capital simbólico específico y coherencia suficiente para exportarlo al mundo con seguridad y peso en el discurso. En su desfile cruzaba la vista con Bernhard. Sólo agachaba la cabeza, una vez más. ¿Dónde estaba Martin Lamothe?, ¿por qué no desfilaba una de las pocas diseñadoras nacionales que ha trabajado codo a codo con leyendas como Alexander McQueen, Vivienne Westwood o Robert Carey Williams, diseñado para Burberry´s y expuesto piezas en el Space Pierre Cardin de París o el Festival de Arte Contemporáneo de Barcelona. ¿dónde estaba señores esa egresada de la Saint Martin´s londinense? , ¿Que hacía en la pasarela Helbig en vez de Lamothe?, ¿a ella también le estaban cobrando? ahora entiendo porqué después de desaparecer la última modelo en aquel desfile, Bernhard también desapareció. Almodóvar ya tiene historia. Voilá.
La decepción fue general y total por parte del circuito. Se habían pasado olímpicamente catorce pueblos completos con sus campos y establos. Y el señor aplaudía a las modelos en primera fila, frente a mí... frente a frente. Lo pagó su fiesta oficial, nuevamente, en el "Me Hotel" de Poblenou donde casi ninguna cara familiar se vió. Buen rechazo a lo abominable. Todo el mundo estaba bastante lejos de ahí, en un centro de eventos ubicado en Passeig de Gracia y Diagonal donde al mismo tiempo se celebraba la fiesta de lanzamiento de la primera edición española de la neoyorkina "V" magazine. Animada por el grupo "Nancys Rubias" para deleite del folclore local y posteriormente por Silvia Prada y Kim Ann Foxman, la fiesta cumplió, aunque escaseasen por todo lo alto damas y caballeros, pero aquello tampoco era peligro, sabíamos todos donde estábamos. El alcohol era gratis...
Al día siguiente y después de la premiación, Estrella Archs, recién fichada por la casa Ungaro como directora creativa, fue la responsable de clausurar en solitario la pasarela con la rumano-canadiense Irina Lazareanu como modelo estandarte y una colección impresionante, un affaire entre Amberes y París de suprema delicadeza. Un broche de oro. Una condesa. Estaba también aquella corte de editores independientes que van logrando sortear la crisis con sus proyectos impresos. Eran pocos, pero eran importantes. Estaban como Bernhard, los diseñadores y quién les escribe, igual de estupefactos. Siempre elegantes, diestros, justos y sensatos en todo lo que hacen, los reportajes y entrevistas que encargan, los periodistas y fotógrafos que promueven, los poderosos a los que se enfrentan equitativamente con sus proyectos mensuales o bianuales y de tiraje limitado. Ellos hablaron, los diseñadores también. Había que hablar, porque las primeras filas de damas dedicadas a cubrir la pasarela para medios oficiales con oficinas centrales en Madrid y contratos fijos, de esto, ninguna quiso escribir ni un solo párrafo. Espero que los diseñadores vuelvan a abrirles tan rimbombantemente las puertas de sus atelieres, con la misma sonrisa.
Espero que el Gobierno de turno y los próximos que vengan, entiendan que en esta crisis, por más que las cosas anden mal, hay algunas que andan bien, pues existen órganos de expresión y creación que no se dejan comprar ni intimidar por nadie y tratan, en todo lo que crean, publican e investigan, de deslindar la verdad. Primero porque ellos no les dan ni nos dan de comer, y segundo, porque desde el primer día, por vocación, se siguieron unas reglas de juego que en lo que concierne a la acción siempre se respetan señores: lo extraordinario es lo ordinario, lo inusual lo usual y lo imposible lo posible. Una vez más, vuelvo a catalogar al 080 como insuficiente para competir en grandes ligas, pero esta vez no por los diseñadores, porque hicieron la pasarela suya. Fueron ellos los que, ésta vez y con un suelo de mármol, pusieron al circuito independiente en lo internacional, no por el Gobierno ni su política, sino por sus creadores y sus publicaciones. Gracioso. Éramos independiente, y no teníamos dinero. Le dejo paso a Mr. Krugman para que acabe este artículo igual que el suyo en el The New York Times: "Si nos enfrentamos a un posible problema, no es porque la economía no pueda afrontar esa deuda de más. Es la política, estúpido". Felicidades a los participantes, a los buenos. Le dieron a esto dignidad. Seguridad tenemos al menos, que a Willhelm una sonrisa le robamos. Enhorabuena.
1 comentario:
...Decepción y desinformación...Matthew Ames, diseñador sublime y competente, presentó encima de la pasarela prendas de su colección primavera-verano 2009 y gran parte de la colección otoño-invierno 2009 que había presentado seis meses atrás...Sí, seis meses! en Nueva York...http://www.style.com/fashionshows/review/F2009RTW-MAMES
Por supuesto en ningún lugar se especificó que Matthew Ames no presentaba su colección primavera-verano 2010...sino que veríamos una retrospectiva...La poca transparencia en detalles de este tipo ponen en evidencia la manera de funcionar de 080...
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