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6.12.10

THE COOLGATE


Image::MR MATTHEW STONE PHOTOGRAPHER © LONDON::



En su discurso en Estocolmo frente a la prensa de medio planeta, Mario [Vargas Llosa] le respondió públicamente a su amigo Freddy Cooper: "Sí, Freddy, cada día progresamos más en las comunicaciones, pero cada día todo es más banal, más superficial y más efímero en todas las manifestaciones del arte y de la literatura. Vivimos una revolución audiovisual que tiene una enorme influencia, pero lo cierto es que esa banalización existe y este es uno de los grandes problemas del futuro". Y lo es. Las comunicaciones… quién hubiese pensado que la tecnología y la apertura a las autopistas de la información cambiarían la historia de Estados, Gobiernos, la diplomacia y la historia universal de toda la humanidad en tiempo récord. Internet. La miraban en menos, todos. Y sucedió. Arrasó con el mundo entero, en los cinco puntos del globo terráqueo, cual película de James Bond.



Los secretos celosamente guardados, las estrategias ocultas para dominar la realidad en su forma más lúcida, a la vez enferma, del terrateniente sobre el pueblo, la carrera por el dinero y por el poder y su mantención eterna, vulgar, una tropa global de malnacidos, en un momento, arrasados por los dedos en un solo teclado y la cabeza de un solo hombre… Julián, MR Julian Assange, superó cualquier película de acción, drama o ciencia ficción. Ese australiano cabrón, de chaqueta de motociclista, barba mal cuidada y pelo cano, él solo, arremetió contra todos los países del planeta tierra. Abriré botellas y levantaré las copas por Usted MR, hasta el último de mis días, y a carcajadas. Cual perro sacudiéndose cientos de miles de garrapatas… qué quieren que les diga, ese tipo se merece todos los premios de periodismo, derechos humanos, innovación tecnológica y de paso, también, los de Hollywood. Un mito.



Lo de Assange es un arma de doble filo, el planeta entero lo sabe, pero lo suyo no es delito, aunque quieran pretender que sí. Y no lo es caballeros, porque como bien dice la organización Reporteros sin fronteras desde su sede en París, la información de “W” no viola la ley, porque esa información puesta a disposición de la prensa y de los periodistas, y posteriormente, a disposición de los ciudadanos del globo entero, es, simplemente, de interés público, ¿Por qué? Porque concierne al derecho de acceso a la información de todo ciudadano. Y por si lo olvidaban, la Libertad de Prensa, ese bendito tesoro, es la existencia de garantías con las que los ciudadanos tengan el derecho de organizarse para la edición de medios de comunicación cuyos contenidos no estén controlados por los poderes del Estado. Suecia fue el primer país en adoptar una legislación de libertad de prensa con la “tryckfrihetsförordningen” el segundo día del último mes de 1766… ya bastante tiempo hace, ¿no? Y si a nuestros queridos amigos estadounidenses no les gusta, pues no deberían haberlo garantizado en la primera enmienda de la Constitución de su país. Lo cierto es que no todos los países la tienen garantizada, ya sea por una carta de derechos o su constitución, el caso, por ejemplo, en Australia… por algo Julián no está en su país… las informaciones de los cables caballeros, se difunden a la vez que el trabajo de cinco medios internacionales que trabajan sobre ello… a lo mejor habría que censurar también a esos periódicos o al resto de medios que no han colaborado directamente pero que se han hecho eco de la información… no tienen ningún derecho, por ley. Hay unos ciento veinte periodistas ahora mismo entre los cinco medios analizando y editorializando los cables antes de publicar, lo que, lejos del basureo que pretenden hacer las cabezas del mundo entero, da valor capital a la información, porque no está en bruto sino que permite contextualizarla y explicarla, así que, humildemente y disculpando la expresión: jódanse.



El trabajo profesional realizado por las redacciones de The Guardian, The New York Times, Der Spieger, Le Monde y El País para verificar, analizar, ordenar y editar sus contenidos marca un puñetazo para volver a creer en los medios de comunicación frente a una crisis de medios que amenazaba con la desaparición del papel impreso por la falta de credibilidad en su forma de proteger intereses particulares de gobiernos y grupos económicos particulares. Ya lo dice muy bien MR Javier Parada, que la libertad de información americana desarrolla el principio democrático de limitar el alcance temporal de protección del material clasificado. El viejo dicho según el cual la información es poder, adquiere plena vigencia cuando versa sobre cuestiones relevantes para la vida pública y guarda relación con situaciones de monopolio. La creciente tendencia de los centros de decisión a ocultar las motivaciones de sus titulares para elegir entre distintas opciones y a fingir razones de interés general para cubrir objetivos particularistas exige sacar a la luz el revés de esas tramas. Eso señores lo gatilló un solo hombre, de carne y hueso, Julian.



Moisés, MR Moisés Naím, como Vargas Llosa, tiene razón también, cuando afirma que la absoluta transparencia gubernamental no es lo mejor para la sociedad. Es acertado cuando afirma que el problema es que las democracias son más vulnerables a la presión que las dictaduras. Esa asimetría lleva a que en la arena de lo internacional, las democracias se vean obligadas a competir en desventaja con las tiranías, los terroristas y redes criminales que son sociedades secretas. Puede ser un efecto indeseado que la lucha por un mundo transparente, donde forzamos a los Gobiernos a revelarlo todo, conduzca a lo mejor, sin quererlo, a hacer más fácil la vida de los tiranos… pero es aún muy pronto para confirmarlo. Todos hablan… todos quieren hablar… y de eso se trata señores, porque eso es la prensa, eso debe ser la prensa. Lluís Basset decía que El Gran Hermano, en crecimiento constante en Estados Unidos y Europa, tiene una versión horrible y más fiel al modelo totalitario de la guerra fría que inspiró a George Orwell, el creador del personaje literario. Está en países como China, donde el hipercontrol cibernético y audiovisual del ciudadano se suma a los controles policial y militar tradicionales en una dictadura clásica. Que la grieta no alcance todavía a esa versión aún más tenebrosa y totalitaria no es argumento para descalificar las revelaciones sobre la superpotencia, ni significa que no deban llegar hasta China algún día… la tecnología y la globalización, esa que miraron en menos, pondrán también de su parte, y pronto. Lo harán también, sin dudas, los nuevos poderes o contrapoderes emergentes no estatales surgidos de la sociedad civil global y tecnológica, de los que la web de Julian es sólo el primer y más espectacular y cinematográfico ejemplar.



Ahora mismo, la realidad es que Julian vive en la clandestinidad, perseguido por la totalidad de gobiernos y sus servicios de inteligencia y por unas, frente a lo que montó, poco creíbles denuncias de acoso sexual y violación que se destaparon justo cuando buscó refugio en Suecia para su organización en defensa de la transparencia. La realidad es que las airadas y amenazantes reacciones oficiales, como también explica MS Gabriela Cañas, prometen dificultar enormemente el ejercicio de la libertad de prensa, esa que dice que la prensa se planifica aparte de los criterios de beneficio por lo que se deduce del capital de la economía nacional, considerado como producto social para asegurar el derecho positivo a la libertad de prensa para todos los ciudadanos mediante la participación popular unificada en todos los medios de comunicación existentes regulados democráticamente [supuestamente] por el Estado. Porque la realidad caballeros, es que mandatarios de medio mundo suspiran por un mundo sin periodismo independiente, como han demostrado este año China, Argentina, Brasil, Venezuela y Marruecos, entre incontables otros. Por su propia seguridad, no se mantengan callados. Fue todo, gracias a Julian, desde hoy, el hombre más cool de la tierra. Y con todas sus medallas. Refugio tendrá, en todo el mundo, y si llega a caer en prisión, ese mismo mundo, saldrá a las calles. Ya lo verán. Cuestión de cables, cuestión de clase. Me quito el sombrero MR. Larga vida.



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