Dentro de un día termina un año, y una década entera. Probablemente, todos, sin excepción, lo único que desean es que pase ya un año maldito, y una época, directamente, insalubre. El 2010, grueso año. Se recordará por siempre: los Estados que vivieron durante años pensando que eran ricos, quedaron en bancarrota. Los mafiosos que estaban en su eterno trono, intocables, se dieron de bruces contra el pavimento, se rompieron la cara. La iglesia, omnipresente, fue directamente puesta entre la espada y la pared por sus propios clérigos. El imperio del lujo y las apariencias, se fue en picada y transformado en el hazmerreír de occidente. Los medios de comunicación oficiales, con la imagen de simple papel más falso que el beso de Judas ante cientos de millones de lectores. Los 2.0 reventaron absolutamente todo, se aburrieron, y pusieron el mundo al revés. Aplausos internacionales. Mandaron todo, literalmente, al soberano carajo. Por todos Ustedes, mañana, se descorcharán botellas en todo el globo.
¿Las áreas creativas? Un año más, ladies & gentlemen, again, intocables. Saltaron por sobre todo, de punta a punta en todo el globo, y a carcajadas. ¿En España? Aplausos dobles. Sus diseñadores hicieron de todo, siguieron vivos, y con rango de celebridades. Sus estilistas y fotógrafos estuvieron detrás de los mejores artistas y las mejores revistas. ¿Querían politizar el arte y a los artistas visuales para justificar su estupidez? Pues tuvieron que guardarse su premio, y con escándalo mediático internacional. Cómansela. ¿Querían usar la propiedad intelectual de los 2.0 y los que no para distraer problemas nacionales vitales? Pues los 2.0 les tumbaron sus webs. Sus cantautores populares de veneración global, ellos mismos, dejaron su discos a disposición del globo para descargas totales. Cómansela. El único latinoamericano de las letras que le dijo al mundo entero sus verdades en la cara durante décadas, con una mano se frotaba los nudillos en el hombro y con la otra sostenía el Nobel… Cómansela. Es decir, que la política o las instituciones, en todo el mundo, no entienden [dada su paralizante ignorancia, claro está, demostrado con tantos cables, noticias y desatinos, igual a estupidez] que con la gente de las ramas creativas, directamente, no se pueden meter. Son gentes muy pasionales, se dedican a eso por vocación, no por dinero ni poder, y con esa gente, es que no te puedes liar, porque te van a dar vuelta antes de que ni siquiera te des cuenta... ni te vas a enterar... por suerte o error... depende para quien.
¿Pensaban honestamente que a la cabeza de un banco, un gobierno o una cabecera mediática ibais a poder poneros por encima de los artistas, de esa gente? No hace falta responder. Se los comieron vivos, los dejaron como cretinos, y encima, lo hicieron público. Es decir estimado lector, que en este punto del texto, Usted está en todo su derecho, ahora mismo, de explotar a carcajadas, de la buena, porque la situación y la movida que hicieron, fue simplemente, de enciclopedia. Arriba esa gente. Fue notable, dueños totales de respeto y admiración. Más allá de todo esto, que tampoco hace falta profundizar mucho más [en realidad porque ya estaba advertido desde hace un año atrás], salta el mismo tema de la creatividad, y como puede influir a esa magnitud en las cosas, primero a nivel global, luego a nivel local, y luego a nivel personal. En esto aparece a fin de año, y no al azar, un nombre, el de un inglés llamado Ken, MR Ken Robinson. Este tipo caballeros es el autor del famoso “Informe Robinson”, según “The Times”, considerado vital para enfrentar los desafíos del nuevo siglo, y lo que dice, francamente, lo sabe cualquiera que se dedique a las ramas creativas. Para el resto de la gente, claro, un misterio.
Es evidente que ni Ustedes, ni quien les escribe, ni nadie, tiene la más remota idea de lo que el futuro nos deparará. Eso contrae a todo el mundo. Los niños que han empezado este año en la escuela se jubilarán en el año 2068. Es curioso, porque si ninguno sabemos cómo será el mundo en cinco años más, se supone que sus padres y las instituciones académicas están educándoles para ese momento, es decir, a palo ciego. Ponle la cola al burro con los ojos vendados. Ante la crisis que estamos viviendo, ha quedado al descubierto que mientras el mundo está cambiando mucho más rápido que nunca, ¿supongo que lo veis, no? Las organizaciones, tan prestigiosas instituciones, escuelas y la propia cabeza, están ancladas en los hábitos del pasado. No hay que ser muy brillante para darse cuenta que el resultado, es un masivo e intolerable desperdicio del talento humano. De idiota. Para dejar de serlo, lo más sabio sería encontrar nuevas formas de hacer las cosas, un modelo completamente nuevo para aprovechar las habilidades y talentos de los ciudadanos. La diversidad de la inteligencia señores, el poder de la imaginación y la importancia de comprometerse uno mismo con las propias capacidades, es el nuevo paradigma del siglo XXI, pero es triste, muy triste, y decepcionante, que nada de eso se proteja, defienda, se busque o se descubra en las escuelas de hoy, en medio de una realidad dantesca. Es hoy, casi una urgencia, cambiar de dirección y entender de una vez , que para hacer las cosas mejor, la herramienta indispensable es pensar de forma diferente sobre las capacidades creativas y crear un nuevo paradigma en la educación. Si para eso, ante una siniestra negativa por miedo al cambio, hay que violentarlos, entonces prepárense...
Pregúntese solamente, en silencio, ojalá cuando esté sentado, tranquilo, a solas, por qué no somos capaces de obtener lo mejor de la gente en estos tiempos de crisis… Humildemente, sólo una educación para la creatividad logrará que cada uno de los ciudadanos descubra el tesoro escondido que tiene cada uno, sea en la ciencia, en las humanidades, en las artes y oficios o en el deporte, y si la escuela o un gobierno no quiere tomarse esa molestia, la obligación es de cada uno. Salven a sus hijos… Los niños tienen una extraordinaria capacidad para la innovación, pero nosotros la derrochamos despiadadamente. Educamos a la gente alejándoles de sus capacidades creativas, y eso, no tiene perdón. Educamos fuera de la creatividad. ¿A Usted no le pasó?... Los niños se arriesgan y aunque no saben, lo intentan… y quien no esté preparado para equivocarse, nunca llegará a nada original, porque se acojonará y eso lo inmovilizará… y así pasa, y cuando esos niños llegan a ser adultos, han perdido ya toda esa capacidad, convertido en personas temerosas de equivocarse, simples, tristes y mediocres cobardes... lamentablemente. Son miles los músicos, pintores, editores, diseñadores, científicos, bailarines, historiadores, empresarios, cocineros o ingenieros que nunca llegaron a serlo porque su propia creatividad ha sido infravalorada, ignorada o castigada en la cultura occidental y especialmente por nuestros propios sistemas educativos. ¿Por qué? Porque todos los sistemas educativos alrededor del mundo tienen la misma jerarquía: arriba están las matemáticas y el lenguaje, y abajo las humanidades. Este modelo de educación pública [y también privada] nació en tiempos de la revolución industrial, porque lo que quedaba arriba era útil para encontrar trabajo. Los colegios municipalizados, y sobre todo los tan endiosados y elitistas privados, ambos, se han transformado en una simple y eterna antesala de preparación para la universidad, pero hoy, más que nunca, un título universitario no es ningún sinónimo de encontrar trabajo, ni mucho menos. La visión de inteligencia que manejamos, no son sólo aptitudes académicas, porque la inteligencia humana es diversa y dinámica. Ni Matt Groening, ni Paul Samuelson ni Bart Conner encajaban en el típico modelo académico, pero los tipos descubrieron su pasión y ésta, acompañada de sus talentos naturales, les cambió la vida. La suma de capacidad y vocación, y ya.
El actual sistema de educación occidental anula la individualidad, tomando en cuenta sólo las aptitudes académicas como inteligencia, y eso, por lo que ahora mismo estamos pasando, again, es de ser un idiota. Pasen del sistema industrial a uno de agricultura, pensando en que los seres humanos pueden hacer florecer sus capacidades, transformarlos en árboles enormes y hacer país, en todas sus ramas, en todas sus industrias. No es caro, y es posible hacerlo en todos los países, en los desarrollados y en los que no. Firmado ante el notario que quieran.
Se los dice él, Ken, quien ha trabajado con gobiernos en Europa, Asia y América, agencias internacionales, empresas incluidas en la lista Fortune 500 y con algunas de las organizaciones culturales más importantes del mundo, hombre clave en el desarrollo económico y creativo durante el proceso de paz en Irlanda del Norte, uno de los cuatro asesores internacionales del Gobierno de Singapur en su estrategia para convertirse en el centro creativo e innovador del Sureste de Asia y desde hace un año, embajador europeo para la creatividad e innovación. La creatividad es el proceso de tener ideas originales que tienen valor. La mayoría de las veces no se logra sino por medio de la interacción de diferentes formas disciplinarias de ver las cosas. Nuestra única esperanza para el futuro consiste en adoptar una nueva concepción de la ecología humana, aquella que empiece con reconstruir nuestra concepción de la riqueza de la misma capacidad humana caballeros. Los mejores artistas del mundo, este año, hicieron lo suyo, se los demostraron. Ahora les toca a Ustedes, porque ellos, créanme, ante nada ni nadie, van dar el brazo a torcer. Será un año increíble, de verdad, ya lo verán. Para todos esos que dieron ese puñetazo, que les rompió la cara, mis más sinceros aplausos, nada más. Larga vida.
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