Image::MR KAMEL LAHMADI PHOTOGRAPHER © PARIS::
Ayer, la revista de tendencias
femeninas de un importante periódico español, “El País”, publicaba un artículo
sobre la paulatina muerte de los Street Style Bloggers, conocidos en nuestra
lengua como “Ego-bloggers”… denominación
bastante fuerte, al considerarlos pública y comunicacionalmente como hombres y
mujeres jóvenes cuyos mundos virtuales y sociales se limitaban a la
insoportable levedad del “yo” a través de la propia presencia personal, o sobre
sus gustos propios a la hora del vestir, de lo cual usufructuaron con mayores o
menores réditos económicos, tanto ellos como las marcas que olfatearon la
carnaza. Desde que aparecieron, para quien os escribe resultó bastante fuerte,
en principio porque representaban un refrito manoseado del trabajo que hacían
Scott (Schuman) y Garance (Doré) mucho tiempo antes, al mismo tiempo que quien
os escribe hacía precisamente eso, escribir sobre tendencias cuando nacía
tímidamente internet y sus mundos de blogs, redes sociales y desaparecían
MySpace y Messenger en el idioma que nos convoca, mientras que al mismo tiempo
también, a la gente le daba pánico internet porque no lo conocía, y más pánico
aún escribir… había que estar bien preparado, porque te podían lapidar vivo, y
frente a tus ojos en la pantalla… la prueba misma de si tenías los cojones para
aguantar, sin necesidad, una cosa así, tan tremenda, en tu cara y en tiempo
real. Y más aún, sobre una cosa tan importante y a la vez irrelevante como la
moda.
En ese tiempo, en que este blog,
el mismo que lee en este instante, fue el primero en hablar de todo esto en su
idioma, el que ahora procesa y entiende, este idioma, los mails llovían, a
diario. Y está todo escrito (vean desde el inicio de este blog) Ofertas de TV3
para un reportaje, llamada de La Vanguardia para otro tanto, de empresas para
ofrecer colaboraciones, mostrar la cara… la respuesta siempre era la misma: No.
Y el No es muy importante señores, porque en un momento puede parecer de un
borde, de un idiota, de un imbécil… pero al pasar el tiempo, tomarlo con
tranquilidad y ser un espectador de la vorágine en la que funciona nuestro
mundo, y específicamente el mundo de la moda, la mejor opción de la vida ha
sido el No. ¿Cómo tu vas a querer, en el centro de este mundo, querer ser
público… público bajo el razonamiento de la lógica del marketing y los medios
de comunicación y publicidad tradicionales?... ¿Carnaza? No, thanks. Te
apartan, es cierto, pero tú a lo tuyo, y tan ancho. Que les den. Pasa señores
que cuando uno está tan expuesto, está más limitado, porque es más público.
Mucha gente te juzga, y si te metes en algo gordo, siempre van a por más. Todo
el mundo te idolatra, pero también esperan el minuto que caigas para,
literalmente, violarte. Si nadie te conoce vas a tus anchas, estás con la gente
que tienes que estar, haces los negocios que tienes que hacer, bebes, te lo
pasas bomba, conoces mucha gente interesante y te regresas tranquilamente a
casa a hacer tus cosas o estar con tus hijos, tus perros o tus gatos. Tienes libertad.
Lo público es muy serio. ¿Vas a pasar por todo, o vas a sacrificar tu libertad
por eso, simplemente, para tener un fugaz momento de fama? Probablemente si. Ya
Andy Warhol lo anunciaba sobre nuestro mundo contemporáneo, y así fue, y así
es, hoy. Es triste. Muy triste. Triste en el sentido de cómo una persona puede
estar tan insegura de sí misma como para querer pretender ser un modelo a
seguir? Y más allá de eso ¿Cómo el mercado es tan irremediablemente predecible
para saber exactamente lo que van a hacer? Qué quiere que le diga… El error de
estos chicos fue la sobre exposición. Como bien explica la periodista en el
artículo del suplemento de El País, en la pérdida de credibilidad… y es una
cosa seria, más aún en nuestros tiempos, y más aún en esta industria, tan
distinta a las demás.. y tan parecida también.
¿Se ha preguntado qué cosa le ha
ocurrido a nuestro propio mundo personal para perseguir el sueño de ser una
persona pública?... ¿Necesidad de trascendencia?, ¿Necesidad de ser alguien
ante nuestras parejas, amigos, familias, el resto?... ¿Así se ha vuelto todo
tan superficial?... Es la moda, y es natural… es parte de su propia esencia…
¿Quiere estar en eso? Pues tiene su costo, y también, como todo, tiene su
proceso.
Antes a uno le daba algo escribir
de lo que deberían hacer los diseñadores, en un ambiente que recién se empezaba
a afiatar, llamándolos primero para saber su opinión, qué pensaban, cómo veían
la cosa en general y cómo lo vivían ellos en particular… en cenas, en
almuerzos, en fiestas que eran una maravilla y donde terminaba todo el mundo en
la pista de baile riéndose, haciendo chistes y pasándoselo realmente bien… y en
cómo uno, desde sus posibilidades, les podía ayudar. Todo en plan si a ti te va
bien, a mí me va mejor… ahora no, es fácil encontrarse con un listado de 25
recomendaciones para que te vaya bien en la moda, GIF de una cantante pop
mostrando carnes incluida, y la fórmula se ve que falla. Quizá en los tiempos
de las tendencias de los 2000 si, podría haber funcionado perfectamente, porque
era importante incentivar el hedonismo para hacer subir todo, en un tiempo
también muy específico en donde aún había de todo… después eso se fue al carajo,
y no alcanzó a irse aún al carajo cuando apareció esta tendencia de explosión
de blogs de moda, ego bloggers, y todo eso… por supuesto, estaba destinada al
fracaso. ¿Cómo vas a querer seguir a un chico o a una chica que se viste a la
moda con marcas imposibles cuando todos están sin trabajo? ¿Cuál iba a ser su
opinión? Si no había que ser mago… El gran tema de la moda es ser un camaleón a
lo que va ocurriendo a tu alrededor, cómo va cambiando tu mundo y en lo
posible, adelantarse. Eso son las tendencias. Sino pregúntele a PedroAlmodóvar. El gran error de los ego bloggers fue presentarse como máximas
representaciones de estilo de una época que estaba en plena transformación. Se
quedaron en el pasado pretendiendo ser futuristas en un lapsus de tiempo donde
el Mont-Blanc se caía como una avalancha. O sea, tenía fecha de nacimiento y
muerto, por supuesto, como toda tendencia. Y es triste, porque todos esos
chicos son buenas personas, solo que no tenían la preparación suficiente.
¿Y por qué no tenían la
preparación suficiente? Sencillamente, porque nuestra época es así, el culto a
lo instantáneo, al consumo desenfrenado, el estrellato inmediato, lo mismo que
decía Warhol en su revista, sus escritos, películas u obras y que hoy reafirman
en grandes sellos literarios Gilles Lipovetsky o Umberco Eco. Todo funciona en
torno a eso, y resulta interesante saber cómo tu mismo te reinventas entorno a
eso para estar vigente. No es menor. En la moda, como en todo el resto de las
áreas, incluyendo a la política y el empresariado. En el mundo de la empresa es
muy importante el tema de la credibilidad como marca, porque de eso dependen
tus ventas y tu subsistencia. ¿Qué pasó entonces con los ego bloggers? Puede
ser que Gala González haya sido la única ego-blogger que realmente valiese la
pena, y no en ese sitio de mostrar sus looks, sino como una mujer impresionante
y de una cultura formidable, sobresaliente, lo mismo que Anna Ponsa, en el caso
de Gala llevándolo a otro sitio, siendo también sobrina de otro grande de la
moda como Adolfo Domínguez, que sabe de lo que habla, aún en vestidos.
Tal importancia llegaron a tener
que incluso resultaron un agobio para las editoras que no estaban acostumbradas
a que les quitaran en protagonismo…
menos a los editores hombres, que básicamente les resultaban una mosca
extremadamente molesta en el oído. Simplemente, fuera. Y no es por nada, pero
lo merecían. Aquello era un circo, de poca monta. Tenía que desaparecer. La
moda, pese a las excentricidades y todo lo que se pueda decir, es un mundo
donde el buen gusto es ley, y aquello no lo era. ¿Novedad del momento? Bien,
pero ya. La moda es un mundo tan complejo que lleva mucho tiempo entenderlo
pero que al final del adiestramiento sabe cómo es: un vestido lindo, y ya. Pero
también, sabiendo cómo las mujeres cambian, cómo el mundo que las rodea cambia,
y el nuestro como hombres también, y como nos cambia el mundo, a todos por
igual, viejos y jóvenes, debemos estar. La cosa cambia, y que siempre vaya a
mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario