Image::MS CONSUELO BAUTISTA PHOTOGRAPHER © BCN::
“Lamentamos comunicar que Vinçon
cerrará definitivamente sus puertas en un futuro próximo. Hemos llegado a esta
decisión después de un profundo análisis en la que hemos valorado diversas
alternativas, como son la reducción de nuestra gran superficie de venta o bien
la reubicación en otro espacio o barrio de la ciudad. Entendiendo que ambas soluciones
comportaban también una importante reducción de nuestra estructura y personal. Nuestras
cifras de venta se han ido reduciendo un 10% año tras año hasta el momento
actual, que es la mitad de lo que vendíamos en 2008, y que hace inviable
continuar. Actualmente muchas de las ventas las hacemos a turistas ya que la
crisis parece haber llegado al cliente local. Para orientarnos hacia este nuevo
cliente deberíamos cambiar muchísimo nuestra colección de productos. El
visitante de otro país, raramente se llevaría muchos de los objetos que
seleccionamos y exponemos: muebles, lámparas, cuchillos, etc..., aunque también
les proponemos el envío en su domicilio, en todo el mundo. Los objetos de buen
diseño contemporáneo, aquellos mayoritariamente fabricados en la Unión Europea
y que son la base de nuestra colección, quedan mal ubicados entre los de lujo y
los fabricados en el extremo oriente. Vinçon, un espacio siempre abierto y
fácil de visitar, con sus singulares escaparates, su terraza romántica, el
histórico piso de Ramón Casas, La Sala Vinçon con más de 300 exposiciones, las
características bolsas, los calendarios... creemos que ha formado parte de una
cierta cultura de la ciudad. Parece que este modelo ahora tiene difícil cabida.
Queremos agradecer a clientes, colaboradores y proveedores su confianza a lo
largo de 74 años.” Fue el comunicado de la emblemática tienda barcelonesa el
pasado cinco de Junio. Pues ha sido ayer cuando han cerrado definitivamente sus
puertas, y muchos lo lamentamos.
A mediados de la época de los
setenta, en pleno desmoronamiento de la Unión Soviética, la crisis del petróleo
y un campeonato de golpes de Estado en América Latina, Fernando Amat encargaba
un mítico calendario. Él junto a su hermano Juan, heredaban la tienda creada
por Hugo Vinçon en 1961 en pleno Passeig de Gracia de la ciudad condal. Se
trataba de una tienda que comercializaba menaje de cocina, que en el corazón de
la revolución cosmopolita que empezaba a inhalar Barcelona, se llenó de
productos del mejor diseño proveniente de los cincos puntos de la tierra y se
convirtió a lo largo de 75 años, sencillamente, en una de las mejores y más
especiales tiendas que se hayan conocido jamás y asimismo, un signo distintivo
de la magia incomparable de la Europa más vanguardista. Por su parte, Fernando
Amat en un ícono del diseño basado en el sentido común y la ironía. Sus
escaparates hacían detenerse a los transeúntes gracias un vómito constante de
genialidad; su sala de exhibiciones albergó más de 350 muestras por donde
desfilaron prácticamente todos, incluidos Mariscal, Mendini, Castiglioni,
Maurer, Starck, Luna o Arad, entre otros muchos genios y sus bolsas,
directamente, un emblema.
Sin embargo, las cosas se
complicaron. Si bien una cuarta parte de las compras que los visitantes
extracomunitarios realizan en España lo hacen en el Passeig de Gràcia, el
turismo forzó una alta rotación comercial en la zona, cambiando 64 inquilinos
desde el año 2011 a la fecha. La espiral inmobiliaria ha provocado el pago de
fianzas millonarias para que las marcas abandonasen los locales antes del
finiquito de contratos de alquiler y los operados luchan a cualquier precio por
sus ampliaciones uniéndolos a subterráneos, locales adyacentes o segundas
plantas. Gratacós, Jofré y ahora Vinçon han sido víctimas emblemáticas de esta
transformación, contando con los dedos de una mano aquellos que han resistido,
y es que en el paseo ya se escucha más inglés o chino mandarín que castellano o
catalán. Actualmente Zara y H&M poseen las mayores ampliaciones en el paseo,
en la realidad de que la ciudad no genera proyectos empresariales capaces de
competir en su propio eje comercial, inmersa en la batalla campal de la
internacionalización de las ciudades.
Ahora es el turno de Vinçon, un
referente para gran parte de los creadores que pasaban por la ciudad. Se
recordarán con mucha nostalgia los tres mil metros cuadrados abarrotados de
vasos, libretas, lámparas, muebles y los más exquisitos objetos hasta para
niños. Parte de los íconos de Vinçon pasarán a manos del Museo del Diseño, en
el único interés del Ayuntamiento respecto al cierre de locales emblemáticos de
la ciudad, que seguramente inspiró a cientos de jóvenes para convertirse en
diseñadores industriales de primera categoría, entre medio de las estanterías
donde se cerraron tratos en secreto de cómo seguiría el mundo del diseño de
objetos, o simplemente, donde millares de personas, como quien os escribe,
soñaron despiertos. No los olvidaremos, tengan plena seguridad. Gracias por
existir. Fue pura belleza y dignidad.
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