Image::ERMENEGILDO ZEGNA © MILANO::
Mientras en Francia, a pocos días
de comenzar la Semana masculina para la temporada SS16, explota el escándalo de
los servicios secretos norteamericanos espiando a Chirac, Sarkozy y Holland, cerca
de ahí, Milán pasa por alto el 1.4 millón de euros que Berlusconi deberá pagar
mensualmente a su ex esposa por concepto de divorcio para dar partida a su ya
establecida pasarela masculina. En una ciudad paralizada por chicos guapos que
van y vienen por todas partes con lo último de las enseñas italianas, afuera de
uno de los backstages un grupo enardecido de jóvenes adolescentes babean por la
nueva estrella, Lucky, un modelo adolescente mormón norteamericano que
supuestamente asegura permanecerá virgen hasta el matrimonio, que vamos, no se
cree nadie, pero que igual corta el tráfico en la calle. Al mismo tiempo, al
otro lado del Atlántico, en Los Angeles, el teléfono del despacho de Hedi
Slimane no deja de sonar luego de aparecer hace nada la campaña Otoño Invierno
2015 con una anoréxica modelo tirada en el suelo vestida de flamante Saint
Laurent. Pero volvamos a Milán.
Las colecciones presentadas para
el próximo verano, sigue la tendencia ya revisada de una vuelta a los años
setenta con fuerte presencia de psicodelia mezclada con una fuerte imagen
deportiva y estampada. Jeremy Scott se luce en Moschino con chicos calientes
coronados que se ven a cuatro cuadras de distancia. Atrás queda la imagen del
chico adinerado estadounidense y las marcas apuestan por un hombre que se
atreve a ir más allá del clasicismo para arriesgarse a salir a la calle como
una explosión de color, sandalias que parecen ortopédicas, dedos repletos de
anillos, pantalones acampanados, camisas de encajes, bolsos de reptiles y hasta
faldas. Si, faldas.
El gran momento de la semana
milanesa concluida hoy lo ha puesto Giorgio Armani celebrando cuarenta años en
el centro mismo del cotarro, fiel a sus colores neutros, reminiscencias
deportivas y líneas fluidas con que conquistara el universo de la moda. Prada
se ha mantenido más discreta que ediciones anteriores, al igual que Salvatore
Ferragamo, Ermenegildo Zegna, Gucci y Etro.
Sin embargo, el hilo conductor de
gran parte de las colecciones presentadas ha sido el imaginario relativo a la desaparición
de la línea divisoria entre lo masculino y lo femenino. La androginia parece
ser un fuerte en estos momentos, y hemos de preguntarnos el por qué de esta
ostia a la masculinidad tradicional. ¿Se han vuelto los hombres más
sensibles?... ¿Será cosa de nuestros tiempos, donde la homosexualidad o el
matrimonio humanitario se da cita a diario en parlamentos, medios de
comunicación, la calle o las entrañas mismas del Vaticano? Podría ser. Lo
cierto es que para la moda, y sobre todo, para las gerencias comerciales de las
casas de moda, el público masculino (y sobre todo homosexual) representan un
jugoso nuevo nicho de mercado para abultar arcas. No por nada Paris, Nueva
York, Londres y hasta Madrid ya cuentan con sus semanas dedicadas
exclusivamente a ellos. Veremos que sucede la semana próxima en París.
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