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30.1.12

080 BCN FASHION F|W 012|013

Image::080 BARCELONA FASHION by REUTERS © WORLDWIDE::


Resulta increíble que la pasarela concebida para cubrir el hueco de la desaparecida Gaudí, vaya ya por su novena edición. Nació tímida, se transformó en algo fuerte en su tiempo y por estos días, sigue tirando de las cuerdas tratando de llevar la carreta frente a caballos como jamás montados. En medio de la alicaída economía española, con menos presupuesto y un calendario tan kafkiano como el presentado, una vez más, había que tratar de mantenerse lo más alejado posible de las cámaras. Siguiendo cada uno de los desfiles a la distancia, honestamente, no quedaban muchas ganas de perder el tiempo en aquello. Para quien les escribe, resultaba inconcebible que algunos creadores como Karlota Laspalas, Manuel Bolaño, Krizia Robustella, Miriam Ponsa, Montse Liarte o Juan Pedro López, con un imaginario y confección extraordinarios, tuviesen que rebajarse a compartir sitio con firmas de consumo rápido tan masivas como Desigual y Mango, y soportar callados que el 080 Barcelona Fashion, fuese inaugurado ni más ni menos que por un ejército de fulanas en paños menores, y encima cruzarse de brazos y agachar la cabeza ante representantes de gobierno, again, hablando al aire del gran compromiso de la política local con el desarrollo de una industria fuerte, pionera. Una vez más, la asistencia entera miraba con cara de póker sin dar crédito a lo que entraba por un oído y salía por el otro. Preferible es que se haga, claro está, pero está siendo a un costo altísimo, demasiado alto, porque están dejando en vergüenza a la propia ciudad ante la comunidad internacional y el resto de las pasarelas europeas, que en su momento llegaron a tener verdadero respeto por la iniciativa barcelonesa.



En entrevistas con los medios de comunicación oficiales del país, las mismas marcas grandes que metieron las narices desde el año anterior reconocen que aquello debe “ordenarse”… y no es para menos. Bastaba ver el calendario para vaticinar lo que aquello sería, como totalidad. Para que el mismo Pierre Cardin anunciase que vendría, daría una conferencia universitaria y desfilaría a cambio sólo de “pan con tomate”, frase que resume muy bien el imaginario global que aquella pasarela tiene por estos días: Un cuadro. Un comentario así, en la pasarela francesa o italiana, sería inaceptable. Sería por eso que Cardin clausuraría aquello dando una vuelta frente a todo el mundo con las manos en los bolsillos, como pensando “a ver si aprendéis algo”… Y en todo esto, debe quedar muy claro que no son culpables ni las agencias de prensa que llevan el evento, tampoco las firmas grandes, y por supuesto, muchísimo menos, los diseñadores independientes para los que en un principio fue concebida, claro está. Ellos han procurado siempre, desde sus escasísimas posibilidades, hacer el mejor trabajo posible y mejorar en cada edición, como el vino. Y es triste. Te da mucha tristeza que esté sucediendo de esa forma, por dos razones. La primera, tiene relación con la reiteración que las clases políticas, pese a todos sus discursos, velen más por sus intereses particulares cambiando las estructuras de un día para el otro por la simple razón que las deben cambiar, aplicar su propio modelo, aunque eso signifique cargarse buenos proyectos. Lamentablemente, toda la vida ha sucedido igual. Y en segundo lugar, confirmar la falta de educación [abismal] de esas mismas clases políticas, y no precisamente porque deban entender de moda, sino más bien por la precariedad de cultura que demuestran, ¿Por qué? Porque una persona con buena educación, o la justa, sería consciente que si un sistema establecido por su propia decisión no funciona ni tiene ningún tipo de repercusión más allá de pequeñas escalas locales, debería tener el pragmatismo suficiente para llamar a los que llevaban el antiguo modelo, esos que sí lograban repercusión global, y consultar, y si les encontrase la razón, pues cambiar de buena gana. Lo otro es de ser un idiota, porque él mismo se deslegitimiza, y peor aún, políticamente hablando, queda públicamente de manifiesto su nulo compromiso para las obligaciones que debe tener un gobierno para con la ciudadanía, que es crear Estado de Bienestar para con su propia gente, pero vamos, que ya todos sabemos que eso es la panacea del romántico, y esos están ya casi extintos, y en lo que a ésta área respecta, con los políticos, tratan de esquivarlos como con un aerosol insecticida. Y tienen razón.



En fin. Así están las cosas, y no van a cambiar. Muy por el contrario. Desprendiendo el imaginario colectivo de los paroxismos en la época contemporánea dentro de la sociedad española, no sorprendería que un desfile de Mango causase expectación… En un artículo recién publicado por el diario El País, una buena investigación ponía de manifiesto la precariedad de la moda nacional en la actualidad, mirando con nostalgia el boom que esta industria tuvo antaño en la época de los ochenta de la mano con la famosa “Movida Madrileña”, donde simplemente, todo era vanguardia. Las cifras hablan por sí solas. En lo que a Barcelona respecta, están desperdiciando, como tirar a otro de un helicóptero al medio del mar con un cubo de acero atado al pié todo lo que el 080 provocó para poner a Barcelona en la mira por parte del resto de Europa, con un poco menos de fuerza de lo que provocaron en su momento las olimpiadas, pero cada seis meses, reinventando la ciudad, con mucha energía. Ahora Les vale madres. Madrid tampoco está en su mejor momento. La próxima edición dentro de una semana, comenzará apodada por el nombre de una empresa automotriz alemana. Es decir caballeros, ya nadie sabe para quién trabaja. Cibeles no iba bien, pero de esa anterior vejez estancada, cambiar de nombre dos veces no era ni de lejos la estrategia comunicacional estatal correcta para sacar su industria al mundo. Han provocado que la moda española, sencillamente, desaparezca del mapa y que sólo quede como último suspiro el imperio del ya retirado Ortega. Honestamente, en la misma Barcelona, imagino que los Puig se deben partir de la risa. A lo mejor, como idea loca de esas que se le viene a uno a la cabeza, a lo mejor los Puig deberían tomar cartas en el asunto, porque va firmado, lo harían estupendamente, de eso ni hablar. Ellos ordenarían el cotarro mejor que nadie, y por supuesto, jamás lo harán. Ya juegan suficientemente bien sus cartas en París, y a lo grande… esa gente ya pasa de todo y vienen de vuelta y lo mejor de todo, es que nadie les ve la cara. Obsérvenlos.



A lo mejor el 080 se ha transformado en un cierto sentido, en una réplica exacta de la realidad española. En silencio y observando todo con una mezcla de sentimientos [y debo seros muy honesto, por la propia involucración con esa pasarela y con muchos de los diseñadores que por ella pasaron y siguen aún pasando, durante años, porque en su momento era una efervescencia de no creer para quien les escribe, y creo que para muchos otros también] eres consciente, por lo que ven tus ojos, de esa paulatina decadencia de un proyecto por el que diste todo y no sólo para la promoción internacional de sus creadores, sino de la ciudad en sí misma, la que amabas con todo el corazón, tu ciudad, tu casa… tenías que hacer que todo el mundo la viese, y por cojones, porque así le iría bien, a la ciudad, a su gente, y también a ti mismo… ahora pareciese que es una réplica de lo que hace todo el mundo… tirar un brazo de ahogado como para tratar de salvar algo de lo que alguna vez existió. Eso no es más que responsabilidad del gobierno de turno, aunque no les guste. Han sido ellos los principales responsables. Estabais advertidos, y en su momento. Llegaron los artículos a sus direcciones de correo electrónico, al de todos, y ninguno respondió, ni una sola palabra. Y bien. Ahora, con la gran cagada sobre la mesa, ¿Cómo lo arregláis? La respuesta la tenéis frente a vuestros ojos, ¿no? Una única recomendación. El 080 ya va por su novena edición [que por obra de la divina providencia, o de los cientos de voces contrarias por toda suerte de medios, no quisieron cargarse, porque rodaban vuestras cabezas porque vamos que sonaba, porque así fue]. La próxima será el décimo aniversario, por ende, deberán montársela, y a lo grande. En el sitio más representativo de la ciudad para el imaginario colectivo universal [A lo mejor piensen en Gaudí] aprovechándose de la confusión ante la prensa internacional de la nueva y débil Mercedes Benz Madrid Fashion Week. Pese a todo, y en lo que va, el 080 ya es una marca, los que tenían que conocerla [los buenos, tanto diseñadores internacionales, compradores y medios de comunicación] ya la conocen. No abran la pasarela con chicas en bañador, aunque lo paguen, y si ya participan marcas grandes [qué se le va a hacer] que pueden cubrir los costos necesarios por los pequeños, sufraguen la participación de los independientes [que al final y en principio, esto era para ellos], porque con ese mismo dinero que se ahorrarán en participar, lo dedicarán a costear colecciones lo suficientemente sofisticadas como para poder volver a coronar al 080, como en su momento ocurrió. Créanme, no se arrepentirán, pondrán de nuevo a la ciudad como hervidero de tendencias y de paso, vosotros, políticos, como celebrities queridos por toda una industria, seáis de donde seáis. De los errores se aprende, siempre. Vuelvan a darle a la ciudad el respeto que se merece… es Barcelona, ni más ni menos. Buena suerte.

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