Image::MR GERARD ESTADELLA PHOTOGRAPHER © BCN::
En dos semanas más, una vez más
[increíblemente] se realizará la nueva versión del 080 Barcelona Fashion, la
pasarela catalana que pondrá bajo los focos las colecciones de una selección de
diseñadores y marcas, cuanto menos, pintoresca, en un calendario que no llega a
emocionar, ni mucho menos. La ausencia del grupo de prácticamente todos los que
integraron la “Golden Generation” [excepto Manuel Bolaño], conformado por los
mejores diseñadores que en su tiempo serían seleccionados por parte del
Bressol, un proyecto épico impulsado por el Gobierno que en los buenos años
hicieron explotar aquella cita bianual en la city, vaticina a simple vista,
agobio. Tampoco se verán aquellos rimbombantes nombres del circuito
internacional que junto a esa particular generación de creadores hicieron girar
la vista sobre la iniciativa por parte de toda la industria especializada.
Y a su forma se explica gracias a
la corroída situación económica que sufre el continente Europeo y en especial
el territorio español. Había que salvar el pellejo, como fuese. En esta ocasión
desfilarán en su gran mayoría, marcas y diseñadores con puntos de ventas
propios que van logrando sortear con mejor o peor suerte la crisis, y no todos,
porque gracias al descenso en la cobertura internacional de prensa, algunos han
optado por pasar por alto la pasarela barcelonesa e invertir en otras pasarelas
europeas con mayor visibilidad o por costear sus presencias en distintas ferias
parisinas o italianas con asistencia confirmada de compradores internacionales.
Sorprende la ausencia de Karlotalaspalas, Jan Iú Mes o Krizia Robustella [que
realizará un off], todos ganadores a la mejor colección en otras ediciones.
Martin Lamothe ha preferido optar por su exposición pública en la pasarela
madrileña y otros como Juan Antonio Ávalos o Stefania Borrás han emigrado a
Amsterdam y Nueva York respectivamente como estrategia para salvar sus carreras
y marcas. Las cosas han cambiado, para todos, y drásticamente. Sin embargo, el
actual Gobierno y su plan de dinamización de la moda, con esta, al igual que la
anterior edición, seguirá en su ruta de palo ciego, salvándose únicamente por
ubicar la próxima edición en los salones del Palacio de Pedralbes que resguarda
parte de la colección del Museo de la Moda [es valorable al menos, que en algo,
aunque sea en una sola cosa, hayan tenido tacto].
Así, bajo un 080 literalmente
fucsia [el color elegido para esta nueva edición], pasarán frente a un
variopinto circo de asistentes los diseñadores Juan Pedro López, Manuel Bolaño,
Miriam Ponsa, Schipper/Arques, Toni Francesc, Justicia Ruano, Miranda Makaroff,
Martínez Lierah, Celia Vela, Alexis Reyna, Brain&Beast, Gori de Palma,
Guillermina Baeza, Lurdes Vergara y Syngman Cucala, Sur, Who y Yolancris, acompañados
de las firmas [otra vez, fuera completamente de lugar] de retail Desigual,
Mango, TCN, Punto Blanco [otras más que no vale la pena ni mencionar], y el
diseñador alemán Siki Im. Sólo resta esperar que los nuevos participantes, pese
a llevar tiempo con sistemas de enorme presión por subsistir y al mismo tiempo
la odisea de entregar dosis de creatividad [tarea difícil en los tiempos que
corren] puedan, como en un club de hípica, ni bien escuchen el pistoletazo de
salida, correr cual un purasangre árabe con todas sus fuerzas para llegar a la
meta de presentar colecciones bien hechas, desde la confección misma hasta los
estilismos, puestas en escena y comunicaciones, a pesar que sus propios
organizadores, como durmiendo con el enemigo, les pongan vayas idénticas al
mejor campo de equitación. Suerte para todos desde la distancia, y hagan lo que
puedan. Esto es vuestro, de nadie más. Ya lo sabéis.
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