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29.9.12

COSAS DE LA VIDA

Image::MR MARK BORTHWICK PHOTOGRAPHER © NYC::



Se han preguntado alguna vez, la dificultad que significa encontrarse frente a algo que quieres, algo por lo que has luchado muchísimo, que generó la movilidad de muchísima gente, que dio de comer a otro número no despreciable de personas, provocó un movimiento que cruzó mucho más allá de las fronteras que uno nunca imaginó, te dio un cierto renombre dentro de un área específica, a lo mejor en otro par más, luego se masificó, diste un paso al costado cuando caíste en ello [para no quemarse, claro está], y después, simplemente, todo el mundo lo olvidó… y luego sobre ti, encima, cayeron algunas desgracias propias de la vida [esas que jamás preguntan si pueden o no entrar]… y te fuiste a la mierda, a tomar, literalmente, por culo. Le ha pasado a todo el mundo, pienso, aquello no es grave, supongo. Lo grave es que eso te llegue realmente a afectar… en ello la dificultad del asunto en sí. ¿No le ha sucedido a Usted? A algunos probablemente si, a otros no, y uno se levanta en la mañana, o por la tarde con una resaca de aquellas, mira por la ventana y se dice a sí mismo “Menuda mierda de día”. Y te prendes un cigarrillo sabiendo que te estás ganando un cáncer, te bebes un vaso de agua, o un café, caminas al salón, abres los periódicos y te encuentras con… más mierda. Esa prensa que resbala sin tropezar en la noticia torpe, mundana, la de hoy, esa en la que hablan glorias rescatadas del olvido donde no hacen más que repetir lo mismo: que todo pasado fue mejor. Otros de medio pelo sin ningún tipo de representatividad atacan o justifican acciones de tal o cual sin la historia propia suficiente como para poder ser creíbles, o admirables. Y es que los tiempos caballeros no dan para mucho más, y se trata de un tiempo en donde sus protagonistas (o ex protagonistas), están agotados. Hablan sólo los que se subieron al carro, los del al medio. Y se trata de un tiempo actual en donde las nuevas generaciones, más que ver oportunidades sobre la ola de ese maremoto que todo lo arrasó, no sólo no lo toman como una oportunidad para subirse sobre ella y surfear [porque para eso hay que tener cojones, y se ve que no muchos los tienen], sino lo ven como la excusa perfecta para aferrarse a lo que ya se hizo y volver sobre ello una y otra vez, fabricando una producción sino cancina, kilométricamente aburrida, no comprometida, vamos, como esos oleajes lentos, cómodos, lindos y somníferos de una playa del Caribe…. La total y absoluta autocomplacencia por los propios sueños… una mierda, así de ofensivo… así de simple.



Uno no es dueño de la verdad, de eso ni hablar. Sin embargo, parece cada vez más nítida aquella verdad que dicta como una profecía que todos esos focos y luminarias, volviendo a los primeros, al fin y al cabo, terminan por apagarse. A lo mejor no se deba a que por ellos mismos, por libre albedrío se apagasen… a lo mejor un montón de factores externos ayudaron a eso, o engrasaron el camino para que aquello ocurriese, y ni así, aquello creo que ocurra. Qué queréis que os diga, aunque parezca una contradicción. Probablemente funcione como en el amor… el amor… qué asco de palabra [y todo lo que significa], con todos esos trucos y dobles filos [trucos tan reales como la vida misma], esa cosa no pública, tan privada como una caja fuerte al final del pasillo en el último subterráneo de un banco… y que al final señores, el único que te hace subir al cielo cual lava ardiendo y montar un follón de aquellos. Y aquello es difícil hacer por estos días, cuando los delincuentes de guante blanco o negro no son juzgados ni encarcelados, los héroes verdaderos no son aplaudidos sino puestos en tela de juicio, y la gente, que es al final la que debiese tener la última palabra, son encerrados cual rebaño y apaleados a punta de goma, enjaulados en cárceles sólo por ejercer su legítimo derecho a la protesta, todo ensuciado por conspiraciones baratas o acusaciones como pasarse un balón de mano a mano… el teatro del absurdo. El que dice la verdad es un revolucionario peligroso, el que calla es buen ciudadano, el que miente y roba es el gentil buenhombre… un Farenheit 451 de Bradbury… que en paz descanse. El amor como artificio. El odio como justificación. Y lo más triste de todo, es que ha sido siempre igual… los libros de historia están de testigos. Y más triste aún, es que pese a los avances de la humanidad [entendida como los seres humanos capaces de avanzar en la ciencia y el entendimiento del propio ser, de él mismo] caigan una y otra vez en ello, y más triste aún, enorgullecerse de ello, como la rúbrica irremovible que fue el peor bicho de todos los creados, sea por Dios, por el Universo, o por quien sea.



En las artes, la moda o el diseño, hoy no existe un compromiso. No posee aquel mensaje entre líneas tan importante para hacerse valer por sí solo, quizás por miedo a quedarse fuera de un sistema [olvidando por completo que quedarse fuera del sistema, con un trabajo bien hecho, era precisamente entrar dentro del sistema y al mismo tiempo ponerse por sobre él, porque estaba hecho incluso mejor que lo que el propio sistema era capaz de producir, de hacer]. A lo mejor fue producto del neoliberalismo, porque nadie puede contradecir que todos los creadores contemporáneos fueron criados y educados dentro de ese neoliberalismo, y aunque quieran pretender ser contrarios o reaccionarios frente a él, siguen sus mismos parámetros, hasta para la producción misma [discursos incluidos], y eso, disculpadme la ofensividad, es una gilipollez, es de gilipollas. La pregunta podría ser ¿y por qué ninguno cae en ello? La respuesta podría ser, porque ninguno investiga. ¿Y por qué ninguno investiga? Por comodidad. Y cuando uno cae en la comodidad, se fue todo al garete. En esta área, como en todas. Y pasa que cuando uno está cómodo, el resto le importa una mierda, y ya. ¿Y si llegas a ese punto y todo te importa una mierda? Pues puede, a lo mejor [cuestión de loco] que sea ese minuto cuando realmente y por propio interés, te pongas a investigar, y descubres algo nuevo, o la reinterpretación de algo que ya estaba pero que le faltaba afinar, y eso, es pisar el palo, y si pisas el palo, eres el primero [cuando en realidad nunca lo fuiste], pero es ahí, ese punto, para nuestra contemporaneidad, para este Farenheit 451, cuando un discurso, y por ende una obra, o el conjunto de ellas, adquiere un valor, y a lo mejor ese conjunto, crea cosas, al principio pequeñas, luego grandes, que le puedan hacer volver el espíritu a uno, después a una generación entera, y después atraer a otras, y crear un movimiento, y cruzar fronteras, culturas e idiomas, y quedar en alguna historia, o en muchas, vaya uno a saber, esa es la quiniela, y eso, créanme, es una pasada. Es una puta pasada. Como para apagar el cigarrillo, tirar el vaso de agua, o el café por la ventana, hacer, y bien, y salir, y a lo grande, por primera vez, segunda, tercera o veinteava. Como volver a enamorarse… y a tomar por culo, aunque esté todo mal… es una sola, y es corta. Aprovéchela. Cosas de la vida. Enjoy.



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