Image::MS KATY DAVIES PHOTOGRAPHER © LONDON::
Segundo día y frío polar en la
capital británica. Daba igual. La cita comenzaba a primera hora [excesiva], en
la locación señalada para presenciar la colección de la firma Burberry a puerta
cerrada. Las resacas eran de campeonato. En los backstages [caos aparte] y en
la pasarela todos hablaba de un único y excelente tema: la vuelta a las pistas
del astro David Bowie celebrando sus sesenta y seis años de edad. La noticia
daba vuelta al mundo. Aquello era una buena señal, o te subía el ánimo para mirar
los soberbios desfiles en el segundo día de LONDON COLLECTIONS: MEN, la pasarela
masculina inglesa. Partamos.
Joanna Sikes, sobria y
tradicional, creo para la marca Nicole Farhi una colección casual, limpia y
geométrica con especial atención por las lanas y el algodón en colores oscuros
con preferencia por las gamas de grises y negros, presentándola a modo de
performance, método que usarían otros creadores a lo largo del día. Similar
paleta cromática usaría Margaret Howell para lo suyo, usando para su confección
tradicionales fábricas británicas enfocándose en el tweed y cashmere escocés en
una colección, cuanto menos, impecable. Le siguió, a mediodía en Southampton
Row el escocés Jonathan Saunders con probablemente, una de las colecciones más
fuertes y sólidas del evento creado por el British Fashion Council.
Inspirándose en una mañana al aire libre, la naturaleza y el equipo de
campamento a cuestas, Jonathan cimentó de un plumazo su reputación como
principal colorista de la capital. Con el naranja como grito de guerra y
estableciéndolo a rapidez de vértigo como color estandarte para la próxima
temporada, lo mezcló con óxidos tierra, verde musgo, burdeos y turquesa
brillante en piezas que destacaban, todas y cada una de ellas, ante las bocas
hasta el suelo de los asistentes a su performance. Lo interesante de esta
colección, es que se ha puesto a la venta este mismo mes en Selfridges, lo que
subraya el éxito de esta rama de la empresa. Rebosante de formas modernas,
Saunders pone de manifiesto su don para la creación de prendas lisas que pese a
ser interesantísimas, no se mete en complicaciones, en un soberbio menos es
más. Con texturas igual de interesantes, esta corazón de esta colección, desde
camisetas a pantalones tecnológicos, tomó como referencia el mundo de David
Hockney, uno de los artistas estrellas del último calendario mundial de
exposiciones.
Christopher Shannon, otro de las filas de la Saint Martins y considerado como otro del círculo de oro de nuevos talentos británicos, presentó una colección bien equilibrada e inspirada en el gusto por los documentales temáticos de televisión y los tejidos que se encuentran en bazares de segunda. Con una mirada deportiva, combina ideas y moda callejera con gusto por los detalles. El género de punto fue particularmente fuerte, con estilos en un juego de contrastes entre colores y caras de dibujos animados. Ha estado muy bien. Richard James ha presentado una colección sencillamente limpia, refinada y confortable. Oliver Spencer lo ha hecho con otra genialidad inspirado en el artista alemán Joseph Beuys; Vivienne Westwood, sin necesidad de explicaciones [sabemos ya todos, y hace mucho, quién es], entró, fabulosamente [como siempre] en la revolución del clima y el broche de la noche, a la par de Westwood, fue para la siempre discreta Sarah Burton tras una de las colecciones más impactantes, existentes desde hoy, en Londres, para la firma Alexander McQueen.
La casa de moda creada por el ya
fallecido diseñador y construida sobre una reputación circundante a puestas en
escena subversivas y extravagantes, celebró su desfile masculino por primera
vez en la historia de la marca ahí, donde fue creada. Aquello estaba a
reventar. Modelos con peinados graves, unas máscaras claras de plástico
angustiantes y pequeños pendientes de oro en una oreja, caminaron a través de
una serie de habitaciones contiguas con techos a punto de derrumbarse, con una
banda sonora espeluznante que sacudía los cristales. La gente contenía la
respiración. En esta propuesta, Burton le pega una hostia a palma abierta al
clasicismo de Savile Row, tomando referencias de aplicaciones tradicionales de
la ropa masculina a rayas y de terciopelo. Pues Sarah las hizo pedazos.
Remezcló las rayas de modo que se precipitaban en todas direcciones a través de
abrigos, chaquetas y pantalones. Las chaquetas de traje, y más, contrastaban
paneles de tela en una declaración de intenciones de pies a cabeza a través de
los patrones, recordando a las vidrieras que zumbaban como a punto de estallar.
Sólo para la noche de un dandy, en el desconcierto que el desaparecido Lee
había sido entrenado en la propia Savile Row. Fue un espectáculo, otro homenaje
certero como un balazo a la cien a la carrera de McQueen. Burton ya viene de
vuelta y se las sabe por libro, qué quieren que os diga, pasa de todos, y de
todo, excepto de Alexander. Por eso, en un doble sentido y acidez deliciosa,
decía a la prensa que aquello estaba “lleno de tradiciones y adaptando
referencias sutiles al estilo inglés”... abofeteó a toda Inglaterra. Una crack.
Acabado aquel subidón, el trío
conformado por Sid Bryan, Joe Bates y Cozette McCreery dieron una cátedra de
tejido con piezas, sencillamanete, alucinantes. Puro rock´n´roll. A las ocho de
la tarde cerró James Long y los afortunados de siempre, corrieron a sus casas y
hoteles a ponerse sus mejores galas e hincharse a manjares en el Old Selfridges
Hotel para la cena entre la revista de Gert [Jonkers] y Jop [van Bennekom]
FANTASTIC MAN y Jonathan [Saunders], y si aún te quedaban fuerzas, ir a mover
el esqueleto a la Fashion & Art Party con Anna [Dello Ruso], Jo Levin, Matt
Hobbs y Nicky Carter de animadores. Mañana es el último día. A ver cuántos
llegan. Cambio y fuera. De frío, nada.
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