Image::MR JEAN FRANCOIS RAULT PHOTOGRAPHER © PARIS::
Terminada la semana de la moda de
París hace algo más de un puñado de días, cuando ya estaban los focos apagados,
los payasos de regreso en sus pisos sin maquillaje y París de vuelta a la “normalidad”,
era el turno de uno de los que por suelo francés, en esto, tiene la última
palabra. Y como tiene la última, pues ha sido consecuente [como siempre] y pues
ala, ha sido el último. Me refiero a la figura de Azzedine Alaïa [Tunis, 1939],
diseñador que con el paso de los años se ha convertido en una figura clave para
entender la verdadera historia de la moda contemporánea. No hay mucho más que
decir de él, porque el tipo lo es casi todo. Es lo más sofisticado y a su vez
tránsfugo que el mundo de la moda vea por estos días. Sólo por inercia, os
comentaré que pasó antes de independizarse por Christian Dior, Guy Laroche y
Thierry Mugler, y para cuando ya tenía su propio estudio, las mujeres más
glamorosas del mundo, entraban y salían de ahí de incógnito, disfrazadas, Greta
Garbo incluida. Y es que Alaïa es mucho Alaïa, si hasta de Anna Wintour pasa
pero olímpicamente. Y es que al tipo la ambiguedad con este mundo le funciona
como pez en el agua, rechazando por todos sitios la idea actual de que el más
es siempre mejor. Que les den.
Azzedine trabaja a su propio
ritmo, existen años en que no presenta colecciones públicamente y hace
prácticamente caso omiso a la prensa. Este año si que lo ha hecho, y ha sido
una maravilla. Ahora bajo el ala del grupo Richemont, propietario también de
otras firmas como Cartier, va totalmente libre para gestionar su negocio, y es
que para donde van todos, él rema en contraria, y le va divinamente. Todo el
tríangulo de oro de la capital gala comenta las obras de su nueva tienda en el
número 5 de la rue de Marignan, un edificio de tres plantas a dos pasos de la
de Dior donde además de boutique, se abrirá la Alaïa Foundation, una entidad
que se dedicará a mostrar los archivos de la casa y en donde se podrá entrar,
tanto para compras como para visitas, sólo con previa cita. Asimismo, se ha
anunciado hace dos meses atrás la firma del diseñador para un perfume y también
una linea de cosmética licenciado para trece años con Beauté Prestige International.
¿Quiere más? Pues toma más. En septiembre próximo, el Museo Galliera dedicará
depués de cuatro años de renovación, la primera exposición retrospectiva del
creador en suelo francés, comisariada por Olivier Saillard. Antes de que
aquello ocurra, en abril, ya estará sonando con la creación de todo el
vestuario para “Mille et Une Nuits”, una ballet basado en las mil y una noches
por Angelin Preljocaj en Aix-en-Provence. Y al mes siguiente, lo hará también
sobre los trajes de Las Bodas de Figaro para la filarmónica de Los Ángeles. La
ópera prima de Mozart se ubicará en el Walt Frank Gerhy Disney Concert Hall.
¿Qué le parece? Bien por Alaïa, y por aquellos que vestirá. Será, sin lugar a
dudas, una fantasía.
El trabajo de Azzedine Alaïa, en
cada prenda, se caracteriza por convencer con cada curva planteada y esculpida,
que el cuerpo femenino es la más bella obra de arte en el mundo, en una
ligereza que va más allá del tiempo inherente a este concepto y que a menudo
produce un efecto especial en el observador. Su última colección F|W 013|014
presentada en privado en su sede de operaciones, fueron una calibrada relación
entre cinturas de avispa, hombros redondeados, pechos de bailarín y pelos
cortos hacia atrás, concluyendo con un golpe de maestría que siempre, siempre,
el menos es, infinitamente, más. Y se nota, siendo que se trata de un firme
creyente en la filosofía del minimalismo, por eso la simplificación de sus
diseños, al menos en la superficie, a través una búsqueda constante de nuevas
técnicas de construcción, ligeros y con un estrictísimo proceso de edición. El
septagenario alucinó a los asistentes con nuevas cinturas imperio en baby dolls
y túnicas donde juegan los puntos de lurex, en looks románticos y en donde
procura hacerlos cercanos tanto a un público joven como a otro más adulto.
Terminada la presentación,
como siempre, Alaïa invitó a todo el mundo a almorzar en la cocina, a una
gigantesca mesa de cristal donde se encontraban, como si de una gran familia se
tratase, a amigos, asistentes y a aquellos con los que se encuentra trabajando
en proyectos especiales, hablando de chismes, negocios y recomendaciones en
Venecia para un joven arquitecto del estudio de Jean Nouvel junto a su
novia. Eso es glam, del duro. Esten
atentos, porque este año, Azzedine se viene, y con todo. Enhorabuena.
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