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24.5.13

PERFIL: ANNIE LEIBOVITZ

Image::MR JOHN KEATLEY PHOTOGRAPHER © NYC::


Hablar de Annie Leibovitz es extremadamente complejo, o extremadamente sencillo. Extremadamente complejo en el sentido que tanto su trabajo como su vida, social y artísticamente hablando, se enmarca dentro de los márgenes de la historia de la cultura universal contemporánea [ella misma incluida], y sencillo en el sentido que nos referimos a una persona que en eso, en lo personal, tiene una sola faceta, una sola cara, no dos, como la mayoría de las actuales celebridades de los cinco puntos del globo. Probablemente, sea esa cara única la llave maestra para entrar en la vida de los personajes esenciales para entender muestro mundo y sus cambios, desde las artes, la política y la cultura circundante a los universos de la fama y el poder desde los setenta a la fecha, y porque Leibovitz ha sido no solo una de las más colosales retratistas vivas, maestras de la lente, sino, un icono que transformó lo que hasta su minuto se entendía como fotoperiodismo, y con eso, con una sola cara. Patrimonio de pocos, muy pocos.



Hace escasos días, le ha sido concedido prácticamente por unanimidad el Premio Príncipe de Asturias [uno de los más importantes galardones del orbe], superando a la propia agencia Magnum, y al contrario de otros muchos galardonados, tanto sus colegas, como sus rivales al premio, editores, directores de revistas, periódicos, celebridades y gente de a pie que alguna vez hayan visto sus disparos impresos, en esos mismos cinco puntos del globo terráqueo, han sonreido. Lo merecía, y con honores.  Y punto.



Hablamos aquí caballeros, con lo que acaba de suceder, de una mujer de una inteligencia formidable [que roza los límites de la genialidad, a la figura del genio], en cuyo trabajo ha traspasado las barreras que existían en el entendimiento de la fotografía,  y superándola, como saltando en una carrera de obstáculos para crear un mundo personal y luego extendible al resto del mundo entero, donde con una calidad excepcional, creó un retrato que fue más allá de los convencionalismos, y porque provenía del fotoreportaje, donde creaba historias más allá del mero registro en imágenes. Lo de Leibovitz son estudios psicológicos [algo muy grueso donde casi nadie se quiere meter, por miedo o inseguridades o simplemente por no darse la molestia], en donde inventó una forma de acercamiento al personaje extremadamente reflexiva, donde nada es fruto del azar, sino histéricamente pensado, como cuando un gato te escudriña desde la oscuridad... y desde ahí, creando imágenes en la utilización de métodos técnicos absolutamente colosales, reconstruyendo, reflexionando y realizando, haciéndose su propio hueco en la historia de la fotografía en testimonios per se de una artista que juega con la realidad de carne y hueso, en una mirada única que no es capaz de ser revalidada, a veces copiada pero nunca igualada, por prácticamente ningún medio de la prensa europea, ni en ningún otro sitio en el planeta.



Qué os puedo decir... no mucho más. Mirando a Annie, esa judía hija de un teniente coronel de las fuerzas armadas y una instructora de danza contemporánea, oriunda de Connecticut, tristemente famoso por la reciente matanza de Newtown, da nuevos bríos a su tierra natal, su país y su propia cultura, la misma que fue pareja de Susan Sontag, una de las mujeres más sobresalientes de las letras estadounidenses... Annie, la misma mujer que retrató a John Lennon y Yoko Ono desnudos y abrazados horas antes de que fuese asesinado a balazos, a Demi Moore embarazada, a Mijail Gorbachov dentro de un coche con restos del muro de Berlín, a una cascarrabias Isabel II o a George Bush y su gabinete en el despacho oval poco después de la tragedia del 11-S... entre muchas otras imágenes icónicas que han dado vuelta al globo y transformádose en registros fabulosamente estéticos de un tiempo que avanzaba sin piedad, y sin preguntarle la opinión a nadie... y ella sigue ahí, hablando en conferencias no de ello ni de ellos, sino de Susan, su intimidad, sus hijas y sus padres, lo que verdaderamente le importa... es, por lo pronto, uno de los premios internacionales a las Humanidades mejor concedidos de lo que nos va en estos tiempos tristes, como tirar un rayo a tierra y hacer cortocircuito. Enhorabuena por Annie, por la Fundación Príncipe de Asturias, por la fotografía y por la prensa. Es, según quien y de qué forma lo mire, un aviso, y muy importante. Para todos, sin excepción. Felicitaciones.




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