Image::MR TYLER SHIELDS PHOTOGRAPHER © LOS ANGELES::
En el mundo industrializado del
siglo XXI, es prácticamente imposible que ninguna mujer tenga un bolso. Es más,
todas tienen más de uno y es que si el dicho dice que “un complemento lo hace
todo”, es quizá el bolso quien crea la atmósfera total del look femenino. Y
crea el look porque dentro de él cabe cada mundo total y a su vez reducido de
la mujer enfrentada a la selva de la calle. Los hay minúsculos, los hay
gigantescos, y depende del nivel de dependencia de cada una a “sus cosas” y de
su propio estilo que determinará qué o cuál bolso utilizará. Asimismo, es el
bolso en gran número de oportunidades con el que cada mujer compite en la
descarnada lucha de clases por la apariencia, la belleza y la superioridad por
sobre otras mujeres.
Adivine Usted de qué viven casi
todas las firmas de alta costura en la actualidad. Pues sí, del bolso.
Representa el mayor número de utilidades para un sinnúmero de firmas, pasando
por Hermès, Gucci, Escada, Loewe, Prada o Louis Vuitton hasta las miserables
copias de la gigantesca industria de la falsificación. Dese una vuelta por
Beijing, Taiwan o Hong Kong y verá dentro de estas tiendas una verdadera guerra
sin cuartel por conseguir el último modelo, ostias incluidas. Un ejemplo
notorio de la fiebre por el bolso es desde hace décadas el archiconocido “KellyBag”, un modelo creado por Hermès dedicado a Grace Kelly, una de las leyendas
del séptimo arte convertida en monarca junto a Rainiero en Mónaco. La espera
por obtener una copia hecha a mano del ejemplar puede tardar entre dos a tres
años a una suma que da escalofríos.
Cientos de miles de bolsos son
producidos a diario con los modelos más inimaginables, y es probablemente el
producto que por su propia funcionalidad siempre contará con una clientela
fija. Asimismo, la atmósfera creada por sus diseños de acuerdo a cada enseña,
embriaga a los consumidores con el perfume de la sofisticación y la elegancia,
sino pregúntenle a Louis Vuitton o Gucci, que pese a la incansable repetición
de sus modelos y hologramas, mantiene sus ventas incluso en épocas de crisis
económica y financiera. Sin embargo, el liderazgo indiscutible del mundo del
bolso sigue en manos de la firma familiar gala Hermès, la única enseña que
sigue manufacturando de forma artesanal, con sus artesanos trabajando el cuero
y la piel como ninguno, con poca necesidad de innovar en modelos y procesos, y
es esa su principal divisa.
¿Qué prefiere Usted? El cuero, el
plástico o la lona? Para gustos, colores. Los hay para el uso diario, para un
cocktail nocturno o un gran viaje, cuya misma representación de su función
sigue embrujando mujeres en cada rincón del planeta, jóvenes o mayores por
igual. Podrán cambiar los tiempos, podrán existir avances tecnológicos que nos
vayan simplificando la vida y nos hagan independizarnos de cosas u objetos que
otrora eran indispensables. Pero a pesar de todo lo que suceda, la mujer,
nunca, dejará de usar el bolso, ¿Por qué? Porque es parte de ella misma, de su
feminidad y de su lugar en el mundo, pasen los años que pasen. Quedan bolsos
para mucho, mucho más.
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