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Luego de leer los últimos doce artículos de este blog (cosa de cábalas), los he relacionado con todas las situaciones que han sucedido a lo largo de este tiempo y la innumerable cantidad de lugares y personas que han participado, y lo único que se repite en mi cabeza como un silbido, es la palabra "discreción". Decenas de mensajes en myspace, facebook y el buzón de correo electrónico. Llamadas, correspondencia, entrevistas, viajes, fiestas, cenas y publicaciones. La mayoría relacionados con este negocio... y la mayoría carente de esos sellos tan importantes y diferenciativos llamados caballerosidad y prudencia. Ambas las transformo en la palabra clave, o mejor dicho, en su ausencia.
La industria de la moda es un sector en donde el exhibicionismo parece como primordial. Puede ser ilógico no pensar así. Eso es precisamente de lo que se trata, aparentar situaciones cargadas de eventos lúdicos, modernidad, vanguardia y creatividad a borbotones. Todos los que participan, deben jugar con el símbolo de la apariencia, lo que en la mayoría de los casos pasa a transformarse en patéticas guerras demostrativas de poder y competencia quinaria. Sucede tanto en el circuito oficial, como en el independiente y en el intelectual. Ellos mismos han de crearse personajes que intentan insertar dentro de la oficialidad a través de las herramientas tecnológicas de alcance masivo y público, entre otras. De ahí los fenómenos myspace y facebook, entre muchos que son considerados como promotores y catapultadores de nuevos talentos.
La estrategia es precisa, directa y lógica tanto en los casos de jóvenes diseñadores y artistas, como en los de nombres consagrados que también se valen de estos medios para asegurar su vigencia. Sin embargo, existe una línea divisoria entre esta realidad 2.0 o de "second life" a la realidad de tiempo, espacio y presencia física, osea, la vida real. Tratar de encajar lo que se ve, a lo que se es, en esta industria es inaceptable, por la sencilla razón de que esto no es real. La moda genera productos dirigidos a la diferenciación y la exclusividad, a una separación social y generacional, la diferencia entre la riqueza y la pobreza, la belleza y la fealdad, entre la juventud y la vejez, Alimentan la inseguridad y alientan al esplendor de ser mejor. Lo más paradójico es que la gente que trabaja en esto, se lo crea. Es ese el instante en donde han de pasar a la realidad 2,0 y convertirse en verdaderos y tristes monos de feria... desagradable imágen.
Cuando empecé creía que la mayoría de la gente alimentaba el buen gusto, la elegancia y los modales, que estos precisos medios me transmitían como reglas militares. Al entrar en ellos la imágen fue un shock de proporciones dantescas y el puñetazo de la realidad abruptamente fuerte y doloroso. De ahí a ver y entender esto como lo que realmente es, una industria de pocas empresas y pocos nombres. Razón por la que el ojo se vuelve quirúrgicamente clínico y posibilita identificar a las pocas personas, desde aquella data, contados con los dedos que realmente saben cómo funciona este círculo.
Pero estas personas, pese a su poder e influencia, permanecen en los segundos planos y jamás pretenderían avanzar hacia un primero, sería peligroso para desvalorizar ese poder. El titiritero siempre permanecerá en la oscuridad, podrá mover los títeres sin preocuparse de ojos encima suyo que esperen el minuto para decapitarlo a la mínima equivocación. Me entenderán ahora porqué son tan poderosos. Hay que escribir el nombre con mayúsculas, pero no de un modo que al corto o mediano plazo, genere risa en vez de admiración. La moda es un mundo de cristal queridos lectores... sus suelos también. Recuerden que no siempre en el país de los ciegos, el tuerto es rey...
1 comentario:
menudas tonterias hay que leer...
todo un post para no decir nada.
Y tu eres docente?
pobre barcelonita.
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