Imágen::DANIEL SANTACATALINA STUDIO::
Artesanos cruzados de brazos... es posible? es increíble, pero es así. La industria los ha ido ustituyendo paulatinamente por la máquina, cual película de Charles Chaplin. Ya nadie cree necesitarlos, a excepción de esos pocos independientes que aún creen en la auténtica calidad de los oficios, u aquellos pocos tozudos del circuito oficial que siguen considerando "lo hecho a mano" un auténtico y exclusivo objeto de lujo, una pieza de colección iconográfica, única.
Lo anterior desde una visión romántica basada en mi propio oficio y mi relación con esta industria, que si lo relaciono a fracciones numéricas, creo que se transforma en base para las conclusiones que publican las principales bancas bursátiles cada año fiscal. Si bien es cierto que pasamos por una crisis que en Europa entera no se veía desde hace décadas, el valor de mantener vigentes los oficios, lejos de lo que pueda pensarse, se transforman en herramientas valiosísimas para mantener a flote los activos, o al menos evitar una caída numéricamente fatalista.
Concuerdo con José Luis Nueno, impresionante economista, cuando afirma que un sector pierda competitividad y que sus procesos productivos sean deslocalizados es un signo de los tiempos, pero ninguna economía se puede permitir perder oficios, ya que la influencia de la globalización y la tecnología sobre los mercados es variable, en sus palabras, casi caprichosa.
El fracaso se hizo herida abierta a finales del año pasado, cuando Euratex sacaba cifras dantescas. El tamaño del sector textil en la totalidad de países de la Unión Europea había sido de 211,300 millones de euros. De ese total un veinte por ciento se exportó. En ese sólo año habían cerrado en Europa diez mil empresas textiles, 29 al día y se perdieron ciento cincuenta mil empleos en toda la comunidad. Imaginen señores lectores cuántos oficios desaparecieron con ellos? no quiero imaginarlo en una cifra, me da pena. Su problema más grande está agüas arriba debido a que infinidad de proveedores que se ocupaban de tejer, estampar, cortar y coser en una cercanía familiar, han cerrado. Y nuestra crisis propia en España se llevará por delante montones de oficios en tiempo récord.
La próxima fuente de inflación según la lógica, debería producirse en lo referido a costes logísticos, es decir, los de la cadena de suministro global. Vendrán dados de la energía y el aumento de la demanda de fletes desde los sectores geográficos productores de materia prima a los industriales emergentes que los finalizan como producto y venden acabados. Esto debido a que la moda de masas ha sustituido sus fábricas locales por asiáticas y reparten mercancías por aire, de forma más rápida y eficiente. Obviamente la demanda por ambos seguirá aumentará los costes logísticos y será en ese minuto cuando los productores reconsideren volver una parte o toda la producción de nuevo a la proximidad, y en ese instante recién repararán en que ya no existen aquellas manos disponibles, diestras y cualificadas, ya habrán desaparecido. Grueso presagio.
Hace poco el presidente de Hermés decía con orgullo que el trece por ciento del aumento de sus ventas en el primer semestre de este año, se debían a que habían retenido en proximidad, como máxima preocupación, el oficio artesano, explotar ese valor junto con el de ser hecho en Francia. Como Hermés, es posible que algunas otras inteligentes opten también por tener menos piezas y de mayor calidad, cuya oferta sólo depende de que sobrevivan las empresas con competencias y oficios únicos. Ayudar a esos pocos privilegiados amantes de la belleza y la perfección, que han resistido no sólo esa indiferencia sino una competencia implacable y preservar la mayor cantidad de oficios, sería la primera medida para paliar la crisis. Vuelvo a preguntarme señores lectores por qué somos tan endemoniadamente ignorantes. Es una pregunta que creo me llevaré a la tumba sin poder responder. Sáquense los güantes, por favor.
2 comentarios:
neet picture
Artesano es un ceramista y un programador.
El problema con la artesanía es que no se lleva bien con el trabajo. La artesanía es la devoción técnica a un procedimiento. Artesanía es paciencia y perfeccionismo. Mientras que el trabajo es sacar las cosas adelante, estén como estén, y pasar a lo siguiente.
En un libro que se llama The Craftsman de R. Sennett se habla de la artesanía como ancla a las que las personas se pueden agarrar para encontrar sentido en un mundo al que le cuesta generarlo. Es decir, aprender a hacer algo, entender todos los procesos, dominarlos, saberlos de memoria da sentido a nuestras vidas
Por último me gustaría decir que la artesanía va a tener un gran tirón porque va unida a la exclusividad que proporciona no producir en serie; a la producción local; a las maneras vernáculas de hacer las cosas en un mundo donde la gente busca recuperar tradiciones; a una concepción nueva de vivir, más relacionada con el arts and crafts, el do it yourself, la ecología; y tiene que ver con lo molón que es presumir de saber hacer cosas o incluso ganar dinero con ello.
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