Imágen::MR TOLEDANO::
Los avatares a veces son catastróficos, a veces sublimes en todo su amplio espectro de lecturas. En un solo día experimenté los cambios anímicos más kilométricamente opuestos, y fue sólo cosa de avatar. Eso seguro. Por la mañana había tenido discusiones campales por negligencias que escapan a soluciones inmediatas por culpa de gestiones mal hechas desde un principio. Mi indignación, más que de otra cosa, venía de ser lúcido de la incompetencia más absorta, inentendible sabiendo que provenía de personas con un postítulo universitario a cuestas. Me preguntaba dónde se habría ido de vacaciones aquella básica palabra llamada lógica. Más me indigno el hecho de que no hubiese previsto con antelación y haber, de igual forma, pensado en un plan B en caso de que como sucedió, no funcionase nada.
Ese día me fui a casa indignado, creo que la gente me veía, bajaba la cabeza, corría la vista y me cedía el paso. La cara de mala leche que debo de haber tenido supongo que ha sido impresionante. Comí algo rápido y me preparé para la jornada vespertina. Esta vez la situación fue energéticamente contraria. Gigi se llamaba aquella mujer espléndida que había concebido uno de los centros artísticos privados más importantes y sonados de la escena española, la envidia de aquellos centros viciados de egos que vivían mitocondrialmente al Estado.
Me consta que la mujer era, y es, envidiada. No cualquiera con una simple sonrisa podía tener a sus pies a los artistas de arte contemporáneo más renombrados, y gestar a la vez, en 16 años, uno de los festivales de arte público más sonados en el mundo entero. Una verdadera catapultadora cultural. Esa era Gigi, y lo que me reí con ella en una tarde no puedo llegar a explicárselos con palabras. Si por la mañana el protagonista había sido el sentimiento de la ira, por la tarde aquello se había convertido en la gruesa virtud de la alegría. Lo nuestro terminó convirtiéndose en un ir y venir de pasarnos platos de cocina criolla, ambos proveníamos del mismo país, imaginarán el cachondeo completo que eso supuso. Cuando caí en ello, volví a dar las gracias por hacer el trabajo que hago, con muchísima humildad se los digo.
Fue ella, Gigi, quien luego de volver a casa me dio un precioso regalo, una recomendación, un mensaje con un nombre, el de un artista que se hace llamar simplemente “Mr. Toledano”. Investigué su obra de inmediato y no me sorprendí, ya nos conocíamos su obra y yo. Se trataba de un fotógrafo londinense afincado en Nueva York, hijo de padre estadounidense y madre franco-marroquí que ya tenía a su haber un buen número de shootings para las empresas de alta costura del circuito oficial parisino. Era Phillip Toledano, quién mas. Me alegró volver a ver su trabajo, pero media hora después, sería el mismo Toledano que me humedeció los párpados. En un segundo toda su fotografía de moda se fue al mismo tacho de la basura, porque su obra, la de él, no aquella de encargos, es sencillamente señores lectores, una de las obras más conmovedoras que jamás creo lleguen a volver a ver, al menos yo.
El USF Contemporary Art Museum, la Jenkins Johnson Gallery y Collete son parte la gruesa lista de espacios que exhiben la obra de Phillip Toledano, un Avedon contemporáneo que es capaz de lograr captar con el objetivo de la lente, desde las situaciones cotidianas de la vida diaria más sobrecogedoras hasta las críticas sociales más espeluznantes. Con una obra clara, limpia, carente de trucos, Toledano es capaz de abofetearnos en nuestras propias narices, de escupirnos sin compasión, de insistir en la concienciación de nuestra propia idiotez. Ese señores es Phillip Todelano, desde hoy, para mí, uno de los artistas más importantes de la futura generación de genios que integren compendios sobre historia del arte y se compilen en mallas curriculares en carreras artísticas, antropológicas, psicológicas y médicas por todo el globo terráqueo. Por algo Gigi lo eligió, por algo Gigi me lo compartió.
Sus últimos proyectos son “PHONESEX”, una serie en donde retrata ocho telefonistas eróticas de Nueva York, de rasgos y anatomías absolutamente distintas de lo que imaginamos al otro lado del teléfono en nuestras solitarias noches de pasión. Otra serie, “Hope & Fear” manifiesta las patéticas paranoias internas americanas ante la amenaza del terrorismo islámico. Sin embargo, quizás su serie más metafísica sea “Days whit my father”, un subliminal homenaje a su padre, donde con una clase despampanante recorre una narración sobre el paso del tiempo, el silencio, la vejez, el descanzo y la paz, al mismo tiempo que contrapone con el abandono, la soledad, el reencuentro, la tristeza y la alegría en una ironía casi imperceptible, impecable.
Toledano me hizo reflexionar durante horas sobre cuál es nuestra propia función de observadores pasivos ante la imagen, aquella que nos abre los ojos para tirarnos el cable a tierra que la sociedad va en picada, pero no lo hace de forma malintencionada pienso, sino que por el contrario, creo que el artista se empeña en que reaccionemos ante nuestra propia crueldad y megalomanía para hacer algo por nuestra época, hacer de este mundo algo mejor. Toledano no hiere, sólo nos muestra que este mundo está habitado por personas, de carne y hueso, nos cultiva el valor vital de la tolerancia, del respeto por la raza, por la diferencia y el sentido mismo de ser humano.
Me enternece profundamente saber que Phillip Toledano será uno de los pilares de la próxima edición del Festival de Arte Conteporáneo de Barcelona, el BAC! En la propia calle podremos ver su obra, ni siquiera necesitaremos desviarnos a un museo, en eso hasta el propio artista mima nuestra incorregible falta de educación de no movernos del frente de pantallas de televisores y ordenadores. Prefiero pensar en que vuelva a partirnos la cara en la vía pública, para que sintamos vergüenza ante el resto y de una vez, nos pongamos a hacer algo por ese mismo aire que respiramos todos, sin diferencias de condiciones o estados que nadie manipule. Espero que me lo presenten, lo pediré, necesito sentarme frente a él, mirarlo a los ojos, darle la mano, darle las gracias. Que seas muy bienvenido en Barcelona. Conviértanlo también en un avatar, es un precioso regalo.
1 comentario:
Me gusta mucho tu blog, Lo visito todos los dias y leo las entradas antiguas. Soy disenadora de modas graduada en argentina en la universidad de palermo, me interesaria tener un contacto mas cercano contigo sobre tu experiencia y sobre tus conocimientos.
Saludos Juliana
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