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27.2.13

PERFIL: BOWIE

Image::MS FLORIA SIGISMONDI PHOTOGRAPHER © PESCARA::


No resulta tarea fácil, para quién os escribe, entrar a desmenuzar el mundo en sí [tratándose esto de tendencias] de un personaje tan emblemático como el de David. Y no lo es, sencillamente, porque se trata de un hombre que en más de cinco décadas ha estado en lo más arriba de esto, de las tendencias. Hablamos de un tipo que las ha inventado, primero con su trabajo, y después con él mismo [en su propia vida], y de él se han desprendido ideas y conceptos que han sido usadas y reutilizadas hasta la saciedad durante más tiempo que cualquier otro artista vivo para el engranaje de la maquinaria de la música, el cine, las artes y la moda, entre varias otras, y de forma universal. En Bowie no existen localismos, aunque digan lo contrario. Lo de él, es, sin más apuros, global... deliciosamente global.



¿Genio? Probablemente. Gruesa palabra. Hace nada el autor limeño Iván Thays, refiriéndose a Rimbaud, se pregunta qué hace de alguien un genio, porque dentro de todo, como en todo, existen normas. Capacidad para sintetizar su tiempo, su trascendencia, su perfección, su inalterable capacidad de ser moderno siempre... y sin embargo, en nuestros días, la genialidad se ha convertido en un limbo tan grande que cabe el mismo infierno, donde la verdadera insolencia es ser mediocre porque incluso desaparecer levanta sospechas de genialidad.  Pues con todo esto caballeros, David arranca la hoja, se la pasa por donde se le plazca y vuelve a poner sus reglas. En esto mandá él, y lo sabe. Y muy bien por él, y de paso, por nosotros también. Los blogs, facebook y twitter han hecho crecer de manera importante la cantidad de genios, aparecidos del más inhóspito anonimato, al mismo tiempo que no existe ya mucho más espacio para alfareros, artesanos, los que amasan, moldean, estiran, contraen y tejen palabras y frases, en un ambiente donde lo extraordinario ya no es suficiente, donde no hay nada espectacular... pues bien, David hace, y vuelve a hacer, después de una década desaparecido, exactamente lo contrario, y como siempre, como sólo Bowie sabe hacerlo, lo rompe, y lo rompe todo, y con escándalo.



Vale la pena tener una cuota de humildad y sabiduría para bajar un escalón, apartarse al costado y dejar paso a David, que después de diez años de silencio, se vuelve a reinventar ex novo y al viejo estilo, como todo tipo de buena estirpe sabe hacer: a lo old school. Partió hace dos años atrás ensayando en un diminuto local del East Village con un par de músicos para registrar maquetas, escritas de puño y letra y grabadas en formato casero. Un año después entraron en un simple estudio profesional en el Soho de Manhattan tocando hasta encontrar los cimientos del álbum. Después, de casa en casa David recorrió a sus colaboradores para seguir en el trabajo, añadir otros instrumentos y retocar determinadas pistas. Todo esto, mientras en un mundo paralelo, el nuestro, se especulaba sobre todo tipo de enfermedades que aquejaban al músico, como bien narra el periodista Diego A. Manrique.



Obligados todos a firmar contratos de confidencialidad bajo el más estricto secretismo, al igual que empleados, novias, hijos o amigos bajo un silencio casi místico, se alejaron completamente de redes sociales y procuraron esquivar a los paparazzi, cuales espías de servicios secretos todos, seguían con el álbum, mientras el resto de “pop stars” y “celebrities” [háganme el favor...] cedían una parte de su vida para alimentar a sus fans y al resto de la trituradora de carne humana... pues Bowie ni caso. Seguía con el trabajo, a ritmo pausado, pero seguro. ¿Buscar al último beatmaker? A la mierda. ¿Contratar al último fichaje prodigio de los estudios? A la mierda. “THE NEXT DAY” estaba siendo concebido como un disco clasicista. Retrocedió hacia sus nutrientes de los sesenta y setenta pero siendo lo suficientemente cuidadoso para hacerlo fresco y de sonidos pulcros, además de intentar decodificar misivas personales en las letras. Lo último de Bowie, se va perfilando como una auténtica obra maestra.



Hace nueve años atrás, luego de sufrir un infarto, ya llevaba tiempo aguantando las humillaciones de la prensa, sobre todo británica, llamándolo “The Dame”, como una anciana exéntrica empeñada en ignorar su fecha de caducidad. ¿Pues qué hizo David? Mandó todo a la mierda y desapareció del mapa, y absolutamente. Lo más gracioso de todo este tema, es que por estos días, donde se respiraba el “Bowie Vintage Air” y estaba a punto de ser considerado objeto de museo gracias a la exposición retrospectiva en su honor dentro de las salas del Victoria & Albert Museum de Londres, destapa una olla cual caja de pandora como el maestro de ceremonias freak para tomarnos a todos por sorpresa, y de vuelta, a todos, mandarnos a tomar por culo y dejarnos como gilipollas. La prensa británica está flipando en colores, pero con Dolby Stereo, y no solo ahí. No se lo pueden creer. Se habrá pensado, y a mucha justicia: “Aquí mando yo, cabrones”, y así ha sido. Y porque así es. Ese tipo no es cualquiera, sino parte troncal del máximo logro artístico del Reino Unido en la segunda mitad del siglo XX, no por algo está considerado entre uno de los artistas más importantes de todos los tiempos. Don´t fuck with Bowie. David es la reelaboración de hallazgos musicales ultramarinos en el gran lenguaje universal de la cultura popular.



MR David Bowie es considerado un innovador y un adelantado a su propia época por la carga intelectual inmensa de su obra, y no solamente en su música, sino extendida a toda suerte de áreas creativas. El tipo estaba metido en todo, a lo mejor hasta sin quererlo, pero porque idiota no era, por el contrario, se trataba de uno de los artistas más cultos de su época, y también de la nuestra. Su conocimiento de lo que está pasando sobre la triste vida contemporánea es de primer orden, lo sabe de primera mano. Si antes os he hablado de blogs y redes sociales, es porque él mismo las usa a su favor para envolverse en una sábana de misterio, siguiendo cultivando su culto, el rito del mito. Es un artista áureo, completo, cerrado y perfecto. “THE STARS (are out tonight)”, es el segundo movimiento del cantante. Se trata del segundo sencillo del disco, que acompaña con un videoclip coprotagonizado ni más ni menos que por Tilda Swinton [Londres, 1960], que tampoco es cualquiera. Y no es cualquiera porque se trata de una de las actrices que como Bowie, ha estado estrechamente ligada a otras áreas como las artes visuales y la moda de grandes ligas además del cine, que sobrepasa en talento, elegancia y clase por goleada a cualquiera de las que hace muy poco pisaron la alfombra roja de los premios de la academia cinematográfica estadounidense [basta echar un vistazo rápido, vamos], o a cualquier supermodelo. En ese video interactúa con un trasunto del delgado duque blanco, el David más narcotizado de los setenta.



Su estrategia de marketing, prácticamente viral, entrega datos a cuentagotas, sobando cual gato en los brazos una probable gira y viviendo en un mundo, el suyo, en donde twitter y facebook no existen, haciendo del silencio parte de un aura mágica. Básicamente, que no diga nada es casi como promocionar el disco en sí mismo. Astuto como en pan y rápido como el hambre, a lo largo de más de cinco décadas ha jugado con su propia imagen pública para ampliar suspicacias y documentar sus giros estilísticos, apareciendo en los medios o como en los últimos años, en un mutismo absoluto. No por nada hizo firmar a todo el mundo contratos de confidencialidad. En todo esto, es emocionante, y sobrecogedor, que uno de los pocos artistas que en su trayectoria, verdaderamente brillante, además haya desfilado de la mano con los mejores de cada una de sus especialidades, en un tiempo donde se hacía todo a pulso, a mano, como un artesano, y que ahora vuelva usando todas las artimañas del mundo postmoderno, pero con un proceso creativo como en sus inicios replicara él, y todos... qué os puedo decir. Te deja sin palabras, pero con una sonrisa enorme, gigante e igual de silenciosa. MR David Bowie.



2 comentarios:

Lara Velázquez dijo...

Bowie no tiene parangón! da gusto leer un buen artículo!

Lara Velázquez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.